Jeaustin Campos, entrenador costarricense que dirigía al Blooming de Bolivia, analizó su presente luego de llegar a un acuerdo, según cuenta, con la dirigencia del plantel para no continuar al mando del club.
Campos fue claro en que ser tico le pasó factura, debido a que nunca contó con la confianza de sus seguidores porque cuestionaban su conocimiento.
Por otra parte, Campos añadió que de momento priorizará dos proyectos que podría tener en el país para continuar su carrera en los banquillos.
-¿Qué análisis hace de su paso por el Blooming?
Para empezar, he visto que se habla de despidos y de más, y eso no es cierto. Nosotros tuvimos una reunión en la que expusimos algunos puntos del proyecto. A mí me traen para conseguir un premio internacional y conseguimos la Copa Sudamericana, también para hacer un cambio generacional y eso también lo hicimos, de hecho, el 55% de la planilla son jugadores menores de 23 años, dejamos el plantel más joven del campeonato y eso respalda que cumplimos. También cambiamos un poco la mentalidad del fútbol boliviano y dejamos de hacer un fútbol tan directo y elaboramos más.
-Pero en este torneo se venía complicando todo. La afición reclamaba el estilo de juego y sumaba dos victorias, dos derrotas y dos empates.
Sí fue complicado porque el volumen y nivel futbolístico fue intermitente, pero siento que esto es normal por implementarlo con jóvenes y cambiar la idea. Por números puedo decir que tuvimos más de 53% de rendimiento desde que llegué y ese es el mejor porcentaje de los últimos cuatro entrenadores.
En este torneo si ganábamos el lunes quedábamos líderes del grupo, desafortunadamente tuvimos una acción al final que nos anotan, pero el trabajo se venía realizando desde el torneo anterior en el que fuimos el equipo menos vencido solo recibimos 16 goles en 22 partidos, solo perdimos cuatro partidos al igual que Bolívar que fue el campeón. Además, destaco que este campeonato es muy duro porque se juega el 50% a 3.000 metros de altura.
-¿Por qué se da la rescisión de contrato por mutuo acuerdo?
Siento que no habían motivos, pero es que también hay que entender que cuando uno realiza un proceso hay que tener cierta tolerancia, hay que entender que algunos partidos no se va a jugar bien, entonces la dirigencia nos pidió una reunión para analizar la parte competitiva.
Al final siento que los directivos se estaban desviando del proyecto y querían enfatizar sobre otros puntos como los resultados, entonces decidimos por mutuo acuerdo no continuar. Si el objetivo principal iba a pasar a segundo plano, la verdad no era conveniente que yo siguiera. Ellos son los dueños del equipo y si quieren cambiar su política de un momento a otro, pues bueno.
-El lunes en la derrota 2 a 1 ante Nacional Potosí la afición perdió la paciencia. ¿Siente que esa presión al final provoca la conversación con la directiva en la se decide no continuar?
Sí, pero yo lo dije en su momento, aquí no están acostumbrados a que venga un costarricense, para empezar, porque sí hubo discriminación... Prácticamente el hecho que yo fuera costarricense desvirtuó muchísimo y hubo menos tolerancia que si yo hubiese sido de otra nacionalidad, que aquí hay muchos. Pero bueno, yo esto lo sabía, a mí me habían dicho que iba a tener todo en contra porque mucha gente acá ni sabe dónde queda Costa Rica. Eso agravó la situación, no hubo confianza y creo que la dirigencia dejó de apadrinar lo que veníamos realizando.
La afición lo que quiere es ganar y punto, no entiende de otras cosas y si no se le explica menos.
-¿Le generó el impulso a querer irse lo vivido con los aficionados?
Yo estoy acostumbrado, yo tengo un callo respecto a eso. La afición yo sé que lo que quiere es ganar, no importa si hay o no proceso. Yo tengo seguridad de lo que hice y de lo que he hecho porque la mayoría de veces me ha ido bien, incluso en Cartaginés.
Cuando yo agarré Cartaginés, el equipo venía de estar peleando el noveno lugar... Pero nosotros lo llevamos a zona de clasificación, estuvimos muy cerca de clasificarlo, le ganamos a Saprissa 3 a 0, también le ganamos a la Liga... En cambio vea cómo terminó el torneo anterior.
Recuerdo en Saprissa cuando logramos el pentacampeonato de 2008, pues en 2009 me fui por perder una semifinal y se fue campeón de nuevo hasta el 2014, cuando estaba Rónald (González) y yo como gerente deportivo... Entonces no sé...
Al final todo es fútbol, lo de la afición es más pasional, es hígado.
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-Ahora la afición criticaba el nivel y los resultados... ¿Usted queda conforme con lo que mostró?
Hay que estar claros, el equipo no arrancó como debía y estuvimos dos semanas parados en una huelga, en estos dos meses estuvimos tres semanas parados porque no les pagaban a los jugadores y bueno, ahí nos faltó afinar más en la pretemporada. Por estas cosas yo comenté que nos iba a costar arrancar.
"Siento que la gente se nubló un poco en la competencia, vio que el equipo nunca carburó, pero nunca se entendió el por qué. Entonces eso nos afectó, abonado a la juventud, al cambio de mentalidad".
-El presidente de Blooming, Juan Alfredo Jordán, dijo que nunca hubo coherencia futbolística en el campo...
Cuando él habla de la coherencia es que desafortunadamente nunca existió una coherencia entre lo que entrenamos y lo que se vio en los partidos, nunca vimos esa coherencia... Eso él también me lo dijo a mi.
-Usted tenía la ilusión de la Copa Sudamericana. ¿Cuánto le duele perderse el torneo de la Conmebol?
Pues lo que no tengo no lo necesito, ya vendrán otras oportunidades. Acá los mismos jugadores han dicho que la manera de trabajar fue muy buena y diferente a lo que venían haciendo, de esta forma se demuestra que dejamos huella.
"Acá hay un argentino y un uruguayo que también nos dijeron que la metodología y la filosofía es buena y eso da pie a que plantamos bandera a nuestro modo. Esto nos permite perseguir el sueño de más adelante volver a Sudamerica y buscar jugar una Libertadores o una Sudamericana".
-Tengo entendido que parte del grupo de jugadores le expresó solidaridad por la situación, sobre todo porque no entendía la separación. ¿Eso le satisface?
Lo que más me importa son los que saben, los que comen pasto. Los jugadores, los colegas, el entrenador de Bolivia compartió conmigo un día y la verdad es que alabó nuestro trabajo, le pareció muy bueno nuestro proceso. Al final dejamos una buena impresión de nuestra metodología. Nosotros hicimos algo diferente y por algo los jugadores nos han llamado par brindarnos apoyo y agradecernos lo que hicimos.
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-Si tuviera que ponerle un calificativo a esta temporada, ¿cuál sería?
Yo diría que fue muy buena, nos faltó pasar la primera ronda de Sudamericana. Al día de hoy los números nos avalan, lo que pactamos al inicio nos avala, yo siento que fue muy buena,
-¿Cuál es el principal aprendizaje como estratega que le deja el fútbol de Bolivia?
Hay varios aprendizajes. El primero es que no hay que creer cuando la gente te vaya a presentar un proyecto de mediano plazo, porque son muy pocos los equipos que tienen la madurez para llevarlo. El momento de Bolivia hace que no tengan esa cultura para empezar un proceso. El fútbol boliviano no tiene la madurez para entender un proceso como el que se hizo del 2004 al 2010 en Saprissa por ejemplo, en el que se ganaron campeonatos y se formaron los seleccionados nacionales de hoy.
Dentro de la cancha me parece que aprendí que si me toca jugar en México, que son 2.400 metros de altura, ya sé cómo pararme, sé cómo administrar energías, sé cómo parar el bloque. Siento que ahora soy un técnico más balanceado en mi ofensiva.
-¿Ya no es tan ofensivo en su idea?
No, no, sigo siendo ofensivo... Ni me etiqueten como lo otro. Recuerde que cuando yo he disputado finales, mis marcadores han sido abultados, recuerdo un 4 a 0 con Alajuelense... otro 5 a 3 por ahí... Mi naturaleza no la voy a cambiar. Mi filosofía es que me defiendo para recuperar la pelota lo más rápido y atacar, yo no me defiendo para que no me metan goles.
-¿En qué trabajará ahora?
Tengo un par de proyectos que quiero hacer en Costa Rica. Gracias a Dios hasta el momento siempre hay gente que confía en lo que hacemos, en nuestro profesionalismo. Por el momento me estoy centrando en la rescisión del contrato acá, quiero dejar buenas sensaciones como cuando salí de Saprissa o Cartaginés, equipos de los que salí en calma.
"Acabo de salir de una reunión con el presidente de Blooming y todo va a encaminado a una buena rescisión. Después iré a Costa Rica y descansaré una semana y vamos a ver qué pasa".
-¿Esas propuestas son para ser gerente deportivo o entrenador?
Hay de todo, gracias a Dios he podido tener trabajo como entrenador o como gerente. De momento tengo un proyecto propio que estoy evaluando, eso es algo personal, pero relacionado con el fútbol. Después me sentaré a valorar las demás situaciones que se presenten.
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-Hay dos equipos que usted dirigió que viven situaciones de altibajos... Saprissa y Cartaginés. ¿Le interesa un proyecto así?
Evaristo Coronado es uno de mis mejores amigos, también Vladimir Quesada, ni qué decir de Víctor Cordero, José Francisco Porras y Pierluigi Moreira... Sí sé lo que está pasando, pero no quiero comentar nada porque le tengo una gran admiración y respeto a Vladimir. Ojalá que estos altibajos puedan ser superados y puedan cerrar el torneo de la mejor manera.
"Con respecto a Cartaginés, pues igual aprecio mucho a Luis Fernando Vargas (presidente), pero yo no quisiera tener la posibilidad de alguna opción pensando en la desgracia de los demás".
-Pero, ¿se visualiza dirigiendo pronto y en el país?
Allá aprendí que hay que dar tiempo al tiempo, pero ya veremos y valoraremos. Yo no soy de diseñar planes de vida, porque el fútbol es muy cambiante. Ahora sí dependeré mucho de las opciones que tenga. Lo que sí es categórico es que dejaré ese romanticismo que tengo por los procesos y me centraré de ahora en adelante en los objetivos y consecución de los mismos por medio de los resultados, porque si me hablan de procesos, no me van a convencer de nuevo.