Jimmy Marín no se esconde. Él asegura que la oportunidad que le apareció para vincularse al Hapoel Be’er Sheva F. C. de Israel es una en un millón y no podía dejarla ir. Ante esto y la negativa del cuerpo técnico de la Selección Nacional de darle permiso para ausentarse del primer partido de la Copa Oro, según su versión, él prefirió hacerse a un costado, ya que quiere hacerle el sueño realidad a su madre de tener una casa propia.
Este miércoles por la mañana, el Hapoel dio a conocer el fichaje del florense; la noticia coincidió con la ausencia del volante en el entrenamiento de la Selección. El departamento de prensa de la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol) se limitó a informar que la única información que el futbolista no asistió a la práctica y que de momento no se iban a referir más al tema. Cualquier intento por conocer detalles y razones originaba la misma respuesta: “no asistió a la práctica”.
El nuevo legionario habló con La Nación y explicó cómo han sido las últimas horas en las que se cerró su fichaje al balompié internacional, pero además tomó la decisión de no continuar bajo las órdenes de Gustavo Matosas.
Marín, recibió el martes por la tarde una llamada en la que le notificaron que todo estaba listo para firmar su nuevo contrato, el que lo vincula por los próximos tres años con el Be’er Sheva.
“El día de ayer (martes) me notificaron que los clubes habían llegado a un acuerdo. Yo previamente había aceptado los términos financieros de la oferta, me pidieron asistir a las pruebas médicas lo más pronto posible; de hecho me dijeron que eran el fin de semana. Ahí fue cuando me comuniqué con Matosas y le informé de mi situación. En ese momento le pedí permiso de ir a las pruebas médicas para así alcanzar mi sueño y salvaguardar la parte financiera mía”, expresó.
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Ante la solicitud del futbolista, el estratega uruguayo no se comunicó más con él, según cuenta Marín, sino que fue el director de selecciones nacionales, Diego Brenes, quien se encargó del caso.
“Me llamó Diego Brenes y me dijo que no había permiso. Entonces, me reuní en familia y tomé la decisión de hablar con Matosas para informarle que sí necesitaba ir. Nosotros llegamos al acuerdo de comunicarle que estaba dispuesto a ir y regresar (para la segunda fecha de la Copa Oro), pero no se dio el permiso y el club me está esperando. Yo ahora tengo que ir allá porque la carrera del futbolista es muy corta y tengo claro cuál es el paso que debo dar”, profundizó.
El atacante asegura que intentó comunicarse en varias ocasiones de forma directa con Matosas; sin embargo, el técnico no contestó sus mensajes ni llamadas a su teléfono celular. Además, recalcó que en la Selección sabían de antemano que existía la posibilidad de dar el salto a Europa (aunque Israel está geográficamente en Asia, el país y sus equipos forman parte de la Uefa, organización que rige el balompié del Viejo Continente), si bien no era claro que tendría que salir del país de inmediato.
Marín expresó que su decisión tiene una razón muy fuerte y es cumplirle un sueño a su mamá.
“A mí me ha costado mucho mi carrera desde Saprissa. En Herediano me ayudaron mucho y ahora se dio este chance y como otros futbolistas tomé la decisión por mi familia, yo vengo de una clase media-baja y con este contrato puedo alcanzar el sueño de comprarle una casa a mi mamá y estar mejor financieramente; eso hay que entenderlo. ¿Quién no quiere ver a la mamá feliz?”, dijo con voz entrecortada.
Para el atacante del Herediano su carrera deportiva no ha sido sencilla. De hecho desde sus inicios tuvo que driblar las diferentes circunstancias a las que se enfrenta un niño proveniente de un barrio marginal como Copey de Tibás. También sorteó dificultades económicas, como las vividas al no tener ni pases para los buses o dinero para unos tacos nuevos.
"Una vez mis papás hicieron el esfuerzo de comprarme unos tacos de marca. Estaba muy contento porque casi siempre tenía que usar los que mis primos dejaban y estaban todos rotos. Cuando llegué con los tacos al entrenamiento de Saprissa, algunos compañeros se empezaron a burlar de mí porque andaba los tacos más baratos. Salí llorando", recordó en una semblanza que le realizó este diario en diciembre pasado.
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Ahora, Jimmy se centra en consolidarse en Israel y asegura que por la Selección siempre sentirá un gran respeto; empero, en este caso decidió hacer el sacrificio por el ser más preciado de su vida: su madre.
“Yo ya hablé con la parte deportiva del club, quieren que esté en la Liga Europa, porque ellos van a jugarla. Estoy contento de estar en un club tan grande como el Hapoel Be’er Sheva F.C, pero lo que más me alegra es que por fin podré devolverle a mi familia un poco de lo que me dio”, finalizó.