Johnny Acosta partió a inicios de enero a Colombia con la clara intención de competir en un escalón más arriba que la liga tica, para así llegar en su máximo rendimiento al Mundial de Rusia 2018… Lo que nunca imaginó fue que el inicio sería tan duro por un elemento ausente en el territorio nacional: la altura.
El zaguero se integró al Rionegro Águilas cafetero, escuadra que tiene su sede en el municipio Rionegro de Antioquia, sector ubicado a 2.200 metros sobre el nivel del mar. De esta forma, en los primeros entrenamientos tuvo sensaciones que acepta fueron difíciles de llevar.
Esta localidad se ubica a una altura similar al Volcán Miravalles, coloso más alto de la Cordillera de Guanacaste con 2.085 metros de altura sobre el nivel del mar.
“Se siente ahogo, la verdad bastante, como que pesan más las piernas y después de un esfuerzo de un pique uno se siente extraño, siente que le falta oxígeno, pero luego recupera más rápido. De hecho, la cosa es fuerte al punto que cuando un jugador no logra adaptarse le dan unas máscaras para trabajar la respiración… Por dicha yo no las necesité, aunque que los primeros días hasta dolor de cabeza tuve”, manifestó Acosta.
La buena condición física del exmundialista de Brasil 2014 hizo que las molestias se superaran en cuestión de 10 días.
Acosta disfruta la competitividad del fútbol de Colombia, en el que asegura la diferencia de ritmo es bastante mayor al costarricense.
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En este balompié hay jugadores de renombre internacional como:Dayro Moreno, quien jugó en el Tijuana de México; Abel Aguilar, que hizo carrera en equipos de España como el Deportivo La Coruña, Hércules y Real Zaragoza; y Andrés Rentería, atacante que fue figura en el Santos Laguna.
Según describió el exjugador del Herediano, el biotipo de la mayoría de futbolistas que integran los equipos es muy similar al que tiene la selección colombiana, por lo que la potencia y velocidad son las principales características.
“La diferencia con el fútbol nacional es muy grande, por la dinámica que hay, todos los equipos son fuertes. Aquí los futbolistas son como ver a los jugadores de la selección de Colombia, que son rápidos y fuertes. El fútbol de acá yo sabía que me podía ayudar pensando en la Selección, porque quiero pelear un cupo. Yo tenía claro que este paso era para buscar mayor nivel”, explicó.
Con apenas un mes y medio en tierras suramericanas, el zaguero no esconde que por el estilo de los colombianos a él le gustaría hacer carrera en ese campeonato.
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Acosta tiene 34 años y a esta edad le llegó la oportunidad de irse al exterior.
Acosta suma 450 minutos jugados con el Rionegro, escuadra que ocupa la quinta posición de la clasificación con ocho unidades.
“Me gustaría hacer carrera acá, aquí hay equipos muy grandes que juegan Libertadores, a cualquier jugador le gustaría estar ahí. La verdad me siento contento, estoy tranquilo, el fútbol de acá me ha gustado mucho. En el equipo me han recibido bastante bien, el lugar que estamos ubicados es bonito y estoy contento”, contó.
El costo de la vida es menor. Fuera de los terrenos de juego, una situación que ha impresionado a Johnny y su familia es lo barato que es ir al supermercado en Colombia.
El jugador expresó que allá el costo de los productos puede ser hasta un 50% menos que en el país.
“La comida es similar a la de Costa Rica. Lo que sí le puedo decir es que este país es mucho más barato que Costa Rica. Con lo que uno hace el supermercado allá, acá solo necesita la mitad. Por ejemplo, si usted gasta en Costa Rica ¢100.000, aquí necesita solo ¢50.000”, describió.
Respecto a la seguridad, tema tan cuestionado en Colombia, Acosta señaló que nunca tuvo temor debido a que la zona en la que reside es muy tranquila.
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“Cuando me dijeron el lugar y todo, uno investiga dónde estará. El municipio en el que estoy me siento muy seguro, acá hay mucha organización… Todo está bien… La seguridad es buena. Por dicha no he visto nada extraño ni mucho menos… Lo que se vende en televisión sobre Colombia es otra cosa, porque aquí se vive tranquilo”, relató.
Acosta aprovecha su tiempo libre para hacer turismo y ya conoció lugares emblemáticos como la Piedra del Peñol, una roca con 740 escalones construidos. El otro elemento que cautivó al futbolista fueron las empanadas colombianas.
Esta comida colombiana es puede ser de carne de cerdo, carne desmechada o molida y se sirven con limón y ají (un salsa base de chile).
“Es que son riquísimas”, finalizó.