Redacción
Keylor Navas confesó que el 31 de agosto fue un día complicado, en realidad uno de los peores de su carrera deportiva, al punto de explotar en llanto pasada la medianoche, cuando se aclaró el panorama y supo que se quedaría en el Real Madrid.
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Ya estaba en su casa, acompañado por su esposa Andrea, un momento que el futbolista narró en dos entrevistas dadas a los dos principales medios radiofónicos de España: Cadena Ser y Cadena Cope. En las dos citas con la prensa, el jugador declaró que las lágrimas lo invadieron.
“Fue uno de los peores momentos. El 31 no lloré, pero después de todo y por tantas cosas que pasaron, pues sí. Uno es humano y se da el momento en que todo tiene que explotar”, declaró el futbolista en el programa El Partido de las 12.
Por su parte, en El Larguero explicó que no vivió momentos sencillos. Aunque pudo desahogarse con su esposa, el futbolista tico reconoce que se quedó con una inquietud.
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“Necesitaba algo más, necesitaba hablar con el presidente”, añadió Keylor Navas.
El costarricense aprovechó ese momento de la entrevista para aclarar que en dicha reunión no solicitó un aumento de salario al Madrid. Tampoco entró a negociar, ni lo ha hecho de momento, una renovación con el Real.
Sobre el frustrado pase al Manchester, Keylor confirmó que sabía poco hasta el 31 de agosto cuando en la tarde de España, su representante le hizo saber el interés de los ingleses.
“Él me llama y me dice que se está moviendo algo fuerte y que esté atento al teléfono. Yo no me subí en el avión a Manchester, pero sí lo vi de cerca y estuve esperando en Barajas (aeropuerto)”, declaró el madridista.
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El tico fue enfático en que vivió momentos muy duros, al punto de utilizar la palabra sufrir. “Claro que sufrí, dentro de mí había algo que me decía que no había tenido mi oportunidad en el Madrid”, expresó.
Navas, además, recordó que firmó la solicitud de transferencia en una sala médica del campo de entrenamiento del Real Madrid, Valdebebas, donde también le realizaron el chequeo médico solicitado por el United.
Keylor resume que cuando él comenzó a notar que una situación podía cambiar, solo puso todo en manos de Dios, como es su costumbre.
“Yo solo le dije a mi mujer que estaba muy tranquilo porque había sido profesional, puse todo en manos de Dios y dije: si Dios quiere que me vaya pues me voy, pero Dios quiso que me quedara”, finalizó el cuidapalos.
Al final, el mismo Navas contó que él tenía el presentimiento de que no se iría. “Yo desde que firmé en el Madrid nunca he pensado en irme. Yo sentía algo por dentro de que no había jugado ni tres partidos seguidos y quería una oportunidad”, indicó.
Luego de este episodio, Keylor se centra en convertirse en el portero con más partidos imbatido en el inicio de la Liga. El fin de semana anterior sumó su cuarto juego invicto en el torneo e igualó así la marca de Miguel Ángel González; mañana podría superarlo ante el Athletic de Bilbao.
Keylor Navas fue claro en que el 31 de agosto pasó un día complicado, de hecho lo califica como uno de los peores de su carrera deportiva, al punto que cuando se aclaró el panorama y supo que se quedaría en el Real Madrid liberó la presión llorando en su casa, junto a su esposa, Andrea Salas.