El arquero Keylor Navas consiguió respirar de un ajetreado inicio de temporada con el París Saint Germain en Costa Rica. El portero nacional tuvo 11 días de esparcimiento en el país, donde aprovechó para vivir todo lo que normalmente se vive en diciembre en el país, algo que no había podido en estancias anteriores desde que es legionario.
De hecho es la primera vez que pasa Navidad y Año Nuevo en el país desde 2009.
El generaleño, previo a sus vacaciones, le había hecho frente a todos los partidos de liga francesa y a toda la primera ronda de la Liga de Campeones de Europa. Tuvo 1.170 minutos en el torneo local y 450 en el internacional, desde setiembre hasta mediados de diciembre.
Keylor dedicó la mayoría del tiempo a disfrutar a con los suyos, sobre todo porque como él mismo le dice a la familia: ‘Ustedes son los principales sacrificados en esta carrera’. El costarricense suma una década como legionario, viviendo en Europa desde que en 2010 fue traspasado al Albacete español.
Prácticamente desde ese año el nacional no sabía lo que eran vacaciones largas en el país; si no tenía compromisos internacionales con la Selección Nacional, el tico debía cumplir con participaciones con el Real Madrid; por ejemplo, los cuatro Mundiales de Clubes que disputó con los blancos.
Navas llegó a Costa Rica el 22 de diciembre para vivir un gran momento junto a una de las personas más importantes de su vida. Esa misma noche, el cuidapalos junto a sus familiares y amigos le celebraron a su hija, Daniela, la mayoría de edad, en una gran fiesta en el cuarto piso del hotel Sheraton de Escazú; el artista de la noche fue el panameño El Rookie.
Otro compromiso importante para el guardavallas fue la presentación de la Fundación que tiene junto con su esposa, Andrea Salas, la cual se encargará de impulsar la niñez en riesgo social. El 23 de diciembre en un evento con asistencia de prensa, el mundialista de Brasil 2014 y Rusia 2018 se desmoronó en lágrimas al presentar uno de sus proyectos más queridos: Tiempos de Esperanza.
“Estar aquí es dar la cara por esos niños que lo necesitan, por todas esas personas que están en vísperas de Navidad y no tienen qué comer, no tienen regalos, no tienen nada, entonces por ellos es que estamos aquí y no por nosotros. Vamos a pedirle a Dios que nos ayude a ayudar a mucha gente", dijo con ojos humedecidos.
El nacional ese día lo dedicó a compartir con personas que pueden brindarle un impulso importante a la organización. Junto con su esposa atendió consultas y dio a conocer la visión y misión de la entidad.
El futbolista también le dedicó tiempo al negocio de Andrea en el país, el gimnasio Electro Body Center, por lo que una cena organizada por ambos para todos los empleados fue la forma de agradecerles por el esfuerzo durante 365 días del año.
El 24 de diciembre fue uno de los días más felices para el parisino, porque organizó una cena navideña con toda la familia de su esposa y la propia en el Hotel Intercontinental en Escazú, para así vivir momentos que hace más de una década no palpaba: abrazar a sus abuelos, doña Elizabeth y don Juan para desarles una Feliz Navidad.
Los últimos días del 2019, el Halcón partió hacia Hacienda Pinilla en Guanacaste. Lo acompañaron nuevamente los familiares de su pareja y los cercanos suyos para pasar unos días en medio de las olas.
En las playas de la pampa, el tricampeón de la Champions League descubrió una pasión: el surf.
Junto a su pequeño Mateo, el ex del Real Madrid sonrió, chapoteó y botó adrenalina sobre una tabla de surf, mientras desde la orilla su esposa y demás familiares veían y disfrutaban. El hijo menor del matrimonio Navas - Salas también eligió Costa Rica como el lugar para dar sus primeros pasos, cuando está a punto de cumplir un año.
Keylor en la provincia cinco del país fue al Mercedes Benz Fashion Week, donde disfrutó del desfile de modas y fue una de las sensaciones de la noche.
El oriundo de Pérez Zeledón aprovechó para visitar su pasión en territorio nacional: una finca agrícola, de cría de ganado y mantenimiento de caballos que tiene en la localidad de Esparza.
En esa zona probó cómo iban sus plantaciones de yuca, entre otros cultivos que posee.
Para el 31 de diciembre nuevamente disfrutó con sus familiares una cena para darle la bienvenida al nuevo año, en la misma se hizo una oración para pedir por los retos deportivos, pero sobre todo los extrafútbol que hay para el nuevo año.
El fin del año del 2019 para Keylor fue muy diferente a lo que estaba acostumbrado. El Halcón encontró en su familia y su tierra el descanso y tranquilidad para buscar consolidarse en su primer temporada en el PSG. Para despedirse, como lo hacían desde su época de juvenil en Saprissa, los allegados lo encomendaron a Dios, y probablemente como se vio en su película, su abuelita Elizabeth le dio una bendición que abrió paso a la nostalgia por verlo partir.
Navas regresó al Viejo Continente el primer día del 2020.
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