“Arquero de la Selección de Costa Rica, arquero del París Saint Germain, exacto, Keylor Navas, una persona muy humilde, con un corazón especial y a quien le tengo un aprecio y un respeto muy especial, por quien es, por lo que significa, por su familia y por el talento tan increíble”. Con esa descripción, el cantante de música cristiana Alex Campos introdujo desde Colombia la charla que tendría con el tico en un Instagram Live.
En la víspera de que se juegue el clásico 324 del fútbol nacional, Navas se dará el gusto de sentarse este domingo frente al televisor para observar el partido entre rojinegros y morados.
“¿De niño era hincha de algún equipo?”, le preguntó el cantante y Keylor respondió: “De Saprissa y del Madrid. Jugamos contra ellos, entonces por eso cuando me dijeron que me podía ir y mi mamá dijo que es que era muy pequeño, yo salí con que o me dejan o me voy solo (ríe...)”.
Vino la repregunta: “¿Todavía es hincha de Saprissa?”.
“Sí, claro que sí, todavía soy hincha de Saprissa, los apoyamos siempre. Obviamente por los horarios en Europa ver un partido aquí a las 8 p. m. allá es de madrugada, entonces cuesta mucho verlos, pero sí siempre deseándoles que les vaya bien”.
Lo que vendría más adelante en su carrera, era algo que él había vislumbrado desde niño.
“Cuando yo tenía 9 años años yo hacía entrevistas, me entrevistaba solo y decía: ‘Aquí estamos con Keylor Navas, portero del Real Madrid y bla bla bla... ¿Qué se siente jugar aquí? y respondía: Bien, voy aquí con mi mamá y le hacía la broma, al decir la llevo en silla de ruedas que ya está muy viejita’. Dios me dio la oportunidad de cumplir ese sueño, el fútbol es un deporte muy bonito, donde uno disfruta mucho”.
Su presente es el PSG y afirma que ahí está feliz de la vida.
“Me han hecho sentir como uno más y me pasó algo bonito, es curioso, pero me he sentido como que realmente me aprecian que esté ahí, eso es bonito, a uno como ser humano le gusta que las personas se sientan contentas de que uno esté ahí. Eso me compromete y me ayuda a esforzarme a darlo todo por la camiseta que llevo hoy”.
El debut con los merengues
Campos recordó que Keylor lo recibió un día que se encontraba en España y fue en el momento en el que el costarricense debutaría con el Real Madrid.
“Fue muy lindo porque por ejemplo uno siempre sueña con ese tipo de cosas, evidentemente estaba en el Real Madrid, un equipo increíble, estaba Casillas en ese momento, un portero ícono a nivel mundial, pero yo creo que Dios siempre me cuidó tanto la mente como el corazón, porque recuerdo que lo que yo quería era disfrutar”, reseñó Navas.
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Él tan solo quería aprovechar la oportunidad de estar ahí.
“Me sentí muy privilegiado a como me he sentido muchas veces a lo largo de mi carrera, pero traté como de dejar todas esas cosas de lado y de decir aquí es cero presión, dejar todo allá, Dios me tiene aquí por un propósito y creo que cuando Dios habla Él cumple, el Madrid fue una etapa muy linda de mi carrera, ahí empezó todo”.
A partir de ahí llegaron más logros, porque califica de privilegio el ser tres veces campeón de Champions League.
“Nunca se me olvida, yo cuando llegué a Madrid, en mi presentación, pasa uno por el museo donde tienen todas las Champions. Yo me quedé viendo y dije: ‘Ojalá algún día pueda ganar una de estas porque va a ser un sueño hecho realidad’ y saber que la mente de uno siempre va a quedar lejos de lo que Dios tiene para uno, Dios siempre le va a dar cosas increíbles y bueno, de momento me ha dado tres, esperemos el futuro, a ver qué pasa, porque yo tengo muchas ganas de seguir ganando, porque es lindo”, mencionó Navas.
Hombre de fe, una historia real
También hablaron de la persistencia y la fortaleza del arquero para permanecer ahí contra viento y marea, algo que al final hoy le provoca alegría, al ver como iba superando obstáculos. Y por eso y otras cosas más, surgió la película Hombre de fe.
“Esa idea me la habían planteado desde hace muchísimo tiempo, pero yo tenía como cierto temor de hacer la película, por muchas cosas, pero llegó el momento en el que Dios siempre pone todas las cosas increíbles, porque a lo largo de ese tiempo pasaron muchas cosas buenas en mi vida, a nivel deportivo y a nivel espiritual que ayudaron a que la película fuera más completa”.
Dijo que lo enorgullece que la idea nació en Costa Rica y que no es solo la película, sino lo que desencadenó.
“Muchas de las casitas que se utilizaron en la película son de personas muy humildes y se les ofreció arreglarles la casa para que todo les quedara bien y poder grabar en su casa. Siempre se trató que de desde el principio que por donde esto pasara, ahí iba el sello de Dios de por medio. Se hizo con mucho cariño, cuando la vi las primeras quince veces lloré, yo creo que ya la puedo ver sin llorar, pero es algo muy lindo”.
Navas detalló que la intención de la película fue que mucha gente pudiera darse cuenta de que “hay un Dios tan grande que pudo llevar a un niño de un pueblo hasta donde me ha llevado, a grandes lugares, a obtener títulos importantes en mi carrera, que yo siempre digo, son de Él. Para mí la fe es lo más importante y siempre tratamos de que esta película no engrandeciera mi imagen, sino que realmente tuviera la esencia de que Dios es el centro de todo”.
“Y que tanto Keylor, que era un muchacho, un chiquito humilde, que sus papás trabajaban para tener lo poco que teníamos, así puede estar el que me esté viendo, el que vea la película y puede ser esa persona que lucha por sueños y que lo único que necesita es poner todo en manos de Dios. Ese era el objetivo, que la gente viera que Dios hace cosas impresionantes, como las ha hecho en mi vida, desde pequeño, con una gente luchadora que me ayudó y que son ángeles en mi camino”.
El gusto de ponerse las botas para trabajar hoy en la finca
En la película queda claro el rol determinante de la abuelita de Keylor en su historia de vida.
“Mi abuela es como mi segunda mamá. Mi papá se tuvo que ir, mi mamá quedó ahí, ella siguió estudiando para sacar su carrera y mi abuela era la que nos cuidaba para que ella fuera a trabajar y a estudiar. Mi relación con mi abuela es muy cercana, ella nos cuidaba todo el día, me le escapaba, me le iba a jugar bola a la plaza, yo llegaba sucio y ella era muy recta en todas las cosas de aseo”.
Entre risas, cuenta que ella era tan estricta que cuando él era un niño le decía: “Venga para ver si se bañó bien”.
“Cogía un algodón, le echaba alcohol y se lo pasaba por el cuello. Si salía manchado decía que uno no se bañó bien, lo subía a uno a la pila y lo bañaba todo con manguerilla y todo. Mi abuela es una mujer de fe, eso me lo enseñó ella, es una señora luchadora al máximo y le agradezco muchísimo”.
Navas relata que él se acuerda de cosas que pasaban cuando tenía unos cuatro años y por eso dice que “en muchas etapas de mi vida, desde pequeñito fui muy independiente y muy vanidoso. Si tenía una media con un hueco yo no me lo ponía, lo cocían”.
“Llegó mi mamá y tenía la oportunidad de irme para San José, que tenía como 14 años y me dijo que estaba muy pequeño, que qué iba a hacer solo y yo le respondí: ‘Si no me dejan ir, me voy a ir solo’, pero yo quiero ir a cumplir mi sueño, ir a jugar y me apoyaron a lo que ellos podían”.
Dice que su infancia no fue materialmente abundante, pero sí bonita, en el pueblo, donde andaba a caballo y se metía a los ríos.
“Tengo caballos, es una de mis pasiones. Mi esposa Andrea (Salas) dice que los cuido demasiado. Los tenemos en Costa Rica y donde duermen los caballos puede dormir uno, porque están muy bien. Me encantan los caballos, los vacas, los toros, todo. Soy del campo, Dios nos dio la oportunidad de comprar una finca y ahí tenemos los animales, los caballos, me pongo las botas de hule y me voy a trabajar con mi papá que está ahí, es como un desconecte del mundo, es espectacular, lo disfruto muchísimo”, finalizó.