Danny Carvajal afrontará su segunda temporada en Japón, ahora con el Ryukyu, un equipo que le presentó la aventura de ser vecino de una base militar estadounidense.
El nacional vive en la ciudad llamada Okinawa, en la que hay una base militar.
El tico relató que al tener un complejo de este tipo tan cerca, el idioma principal de la región es el inglés, además de que se siente como estar en cualquier ciudad de los Estados Unidos.
Danny no escondió que está muy ilusionado con la posibilidad que se le presentó, ya que encontró muchas facilidades que lo hacen sentirse cerca de casa, pese a la gran distancia que hay entre tierras niponas y ticas.
"Estoy muy contento, estoy en una isla al sur de Japón con un clima muy parecido al de Costa Rica. Ahora tengo la temperatura más baja a 17 grados centígrados y estamos en invierno, por lo que ha estado bien. Llueve bastante, pero nada más", describió el guardavallas.
Carvajal, junto con su esposa Marcela, su hija Sofía y su hijo Samuel, ahora disfruta de un ambiente que es muy lejano a lo que puede vivir un costarricense.
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Desde 1949 Costa Rica no tiene ejército por lo que para un niño tico no es común ver en las calles camiones con soldados y mucho menos escuchar helicópteros rondando la zona todo el día.
En cambio, Sofía, apenas rumbo a los cuatro años, todos los días tuvo que acostumbrarse al sonido de la hélices.
“Esto es como vivir en Estados Unidos. Imagínese que tenemos una base militar muy cerca, los helicópteros hacen recorridos y los camiones pasan con los soldados, eso para un niño pues es muy diferente a lo que nosotros estamos acostumbrados”, dijo.
El vivir en un ambiente norteamericano también da ciertas ventajas, por ejemplo, pueden tener mayores facilidades para conseguir alimentos tradicionales en el país norteamericano.
Por ejemplo, Danny disfruta de comida mexicana en diferentes restaurantes.
“Fue muy curioso, porque aquí sí es cierto que conseguimos de todo. Hay comida mexicana, peruana, pero también productos como plátano maduro, natilla... Algo bonito fue que nos topamos muchos costarricenses que están en el ejército, entonces nos han ayudado”, expresó.
El exjugador del Saprissa contó que gracias a estos compatriotas pudo entrar a la base militar y disfrutar de un supermercado muy americano.
“Es como estar en un barrio de Estados Unidos. Ellos nos hicieron un permiso para acompañarlos y fuimos a compartir con ellos. Además, pudimos visitar el supermercado y conseguimos hasta masa para hacer tortillas, también yuca y piña, ambos productos exportados desde Costa Rica”, señaló.
No es la primera vez que Danny y su familia tienen un ambiente así cerca, pero sí hasta ahora lo pueden explorar más a fondo.
Cuando el jugador dio el salto al fútbol internacional se vinculó al Albacete español y en tierras ibéricas residió en las cercanías de una base de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
“Pues para uno como costarricense esto es extraño, pero gracias a Dios no hay guerras ni nada. Al final sirve para notar el contraste de Japón y Estados Unidos. Por otra parte, la isla es hermosa, yo diría que paradisiaca”, resumió.
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En Okinawa hay estructuras históricas como las ruinas de seis Gusuku, unas edificaciones que fueron declaradas Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO.
El portero continúa su aventura en la Tierra del Sol Naciente, ahora se propone dominar el japonés como idioma para no tener problemas de comunicación en la cancha.
Así cambió la vida de Danny Carvajal, el portero del país de la paz que es vecino de una base militar estadounidense.