Alfonso Quesada consiguió en el Diriangén de Nicaragua tomar ritmo y, además, mostrar su nivel; pero, sobre todo, volver a disfrutar del fútbol. Sin embargo, su etapa con el plantel del vecino país acabó repentinamente y fue por un mutuo acuerdo, ya que el club está cambiando su política económica.
Alfonso, quien se va con un bicampeonato y un torneo de copa en su palmarés, reflexionó sobre su paso por tierras pinoleras, donde asegura haber disfrutado muchísimo.
“Muy provechosa la oportunidad; acá agarré ritmo en un fútbol que está en crecimiento. Nosotros hicimos historia en Panamá, y en lo personal me queda que hice bien las cosas. Siempre pude apoyar al equipo, y me voy agradecido con la gente y la institución”, dijo.
De momento, Quesada evalúa su futuro, pero fue enfático en que le quiere dar prioridad a alguna puerta que se le abra en Costa Rica.
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En el país, el guardavallas ya había jugado en Alajuelense, la UCR, Pérez Zeledón, San Carlos y el Municipal Grecia.
“Todo es cuestión de análisis; acá tuve la oportunidad de la Centroamericana e hice un buen torneo. Ahora hay que escuchar lo que aparezca y tomar la mejor decisión para mi futuro y el de mi familia”, resaltó.
Alfonso mencionó que, fuera del terreno de juego, se va enamorado del país que lo recibió.
“Me encantó vivir en Nicaragua; la gente es muy amable y acogedora. Este país es sencillamente hermoso, y la verdad, yo feliz por la experiencia que me tocó vivir”, añadió.
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El Alfonso que regresa es muy diferente al que se fue a Nicaragua, porque tiene mayor confianza y una regularidad que lo hacen sentirse en un nivel alto para competir.
“Yo terminé bien, me siento en buen nivel, y usted sabe que los torneos ya van terminando. En diciembre comienza la pretemporada, así que vamos a cuidarnos este mes. Tengo amigos entrenadores de porteros y voy a prepararme en Costa Rica para estar listo”, puntualizó.
Alfonso Quesada encontró en Nicaragua el impulso para retomar su carrera, pese a que su capítulo en Diriangén se terminó abruptamente.