En 2012, Freddy Álvarez emergió como una de las promesas para una posición que ilusiona al aficionado costarricense: el volante ‘10′. Un zurdo moreno con mucha técnica y un excelente remate de larga distancia empezaba a hacerse notar en el plantel de Segunda División de Saprissa.
Su nivel era tan llamativo que, con 18 años, tuvo su primera experiencia internacional; el Frankfurt de Alemania lo llevó a hacer una prueba, pero también en ese momento una característica de la personalidad de Álvarez empezó a jugarle en contra.
Según recuerda José Luis Rodríguez, agente del jugador, Álvarez siempre fue de perfil bajo. En los camerinos hablaba poco y tampoco era de darse créditos, aunque su fútbol era diferenciador. Así también transcurrió su carrera.
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“A Freddy lo quería el Frankfurt de Alemania; él fue, hizo una prueba y le fue muy bien. Su problema fue que allá pensaron que le iba a costar mucho desarrollarse, porque se comunicaba muy poco. Entonces, al final, el equipo no lo firmó”, expresó Rodríguez.
Freddy continuó su carrera en Costa Rica y llegó a la Universidad de Costa Rica, donde alcanzó uno de sus mejores rendimientos a nivel local. No obstante, en ese momento, estar en un equipo pequeño hizo que sus actuaciones no fueran tan mediáticas.
Sin embargo, su buen rendimiento lo llevó al Universitario de Perú.
“Nosotros en la U sabíamos que era muy técnico; yo lo tuve en categoría menor en Saprissa. Sabíamos que era diferenciador porque sabía manejar la bola muerta, tenía perfil zurdo y un buen remate”, detalló Diego Giacone, asistente de José Giacone (entrenador de la UCR en aquel momento).
Para Diego Giacone, la misma personalidad de Freddy le pudo jugar en contra en su carrera, porque nunca en la Selección Mayor le dieron el chance, ya que era un jugador con muy poca exposición, pese a lo que él considera que tiene un gran talento.
“Él es un chico que no levanta la voz ni en el camerino ni en la cancha... Es un chico con perfil bajo, muy sencillo para contestar, y no se venderá. Entonces, es complicado; ni él ni su entorno le ayudaron a impulsarse, y a veces el jugador necesita ese empujón”, pronunció Giacone.
Freddy jugó en Suramérica torneos como la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana, lo que lo acercó al mercado nacional pensando en exponerse a la Selección Nacional de cara al proceso 2018.
Una lesión y un estado físico no óptimo provocaron que su paso por Alajuelense y Herediano no fuera el idóneo, pero cuando todos pensaban que la carrera se acabaría, apareció una opción en Jicaral y, desde ahí, se relanzó a Europa.
“Él dio el salto a Macedonia del Norte, donde tuvo un salto de calidad; entendió que debía tener el peso ideal, rompió récords de goles y asistencias, y logró ganar dos veces el premio al mejor jugador extranjero. Desde ahí, solo ha sido crecimiento”, externó el asesor del futbolista, José Luis Rodríguez.
Álvarez actualmente milita en el fútbol de Tailandia, donde juega en el Pathum United.
“Freddy no tuvo el chance de mostrarse en la Selección Mayor; nunca se investigó a Freddy como tal. Estar en Asia hace que no lo tomen en cuenta. Es un jugador que no sobra en Costa Rica, sino que hace falta porque tiene características muy específicas, como las que tenían Diego Estrada, Wílmer López, entre otros. Yo llevo con él trabajando 12 años y nunca lo han convocado”, sentenció Rodríguez.
Freddy Álvarez ha jugado en ligas poco comunes para ticos: Perú, Macedonia del Norte, Tailandia... No obstante, él encontró la forma de brillar lejos de casa y sin necesidad de tener los reflectores de sus coterráneos encima. Para muchos pasa desapercibido; otros preguntarán si todavía juega, pero él sigue coleccionando experiencias gracias al deporte.