En 18 años, los pies de Luis López Róger han corrido más de 50 maratones y aunque hace poco ese agitado trajín lo obligó a darles un descanso, no alcanzó para quitarle su pasión por el atletismo.
López llegó un poco tarde a las competencias. Cuando tenía 35 años le hizo caso a sus compañeros de trabajo y se apuntó en una carrera de la institución. No le fue mal, así que comenzó a prepararse para hacerlo mejor.
En 1985 corrió su primera maratón de Nueva York, sin imaginar que, en 10 años, haría ese recorrido seis veces más.
Como atleta máster corrió en siete ocasiones la maratón de Boston y cuatro veces la de Las Vegas.
Obtuvo medalla de plata en los Juegos Centroamericanos de 1990, al detener el cronómetro en 2 horas y 20 minutos.
Tiempos similares le dieron el boleto para competir en las olimpiadas de Seúl 88 y Barcelona 92.
Tras participar en la Maratón de Chicago, en 1995, sintió que su nivel ya no era el mismo. Aunque en los años siguientes siguió entrenándose, una lesión lo hizo bajar el ritmo.
Hoy, a sus 53 años, trabaja como técnico en diseño de carreteras para el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, institución que le ha brindado la oportunidad de entrenarse durante muchos años.
López está casado, tiene cinco hijos y vive en Moravia. Hace medio año dejó de entrenarse, pero ansía reponerse pronto para regresar a quemar asfalto.
¿Cómo le piden un buen rendimiento y medallas a un atleta, si no le dan un cinco para comprarse tenis?”
Luis López Róger
Atleta máster nacional