Han pasado más de 50 años en el deporte costarricense, y todo parece seguir igual, al menos para la exnadadora María del Milagro París Coronado, quien confiesa percibir las mismas limitaciones que enfrentó cuando competía.
María del Milagro fue la primera costarricense en disputar una final olímpica, al competir por la medalla de oro en los 100 metros mariposa en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, donde finalizó en el séptimo lugar, siendo la mejor latinoamericana de la prueba.
La estrella de la natación costarricense asegura que llegar a los Juegos Olímpicos requiere un gran apoyo económico y familiar para que un atleta pueda triunfar. Sin embargo, señala que es muy difícil lograrlo cuando no se brinda el mismo respaldo a todas las disciplinas deportivas.
Es evidente que, después de Margarita Chacón en los años 60 y principios de los 70, seguida por María del Milagro París a mediados de los 80 y las hermanas Sylvia y Claudia Poll en los 80 y 90, la natación costarricense cayó en un bache del que no ha logrado salir. No obstante, la finalista olímpica tiene claro el panorama.
“Usted me pregunta por la natación costarricense, pero en realidad es difícil para todos los deportes. Uno de los mayores retos para los deportistas es la falta de apoyo. La natación no es una prioridad; aquí la prioridad es el fútbol, y mientras muchas cosas no cambien, seguirá siendo complicado”, enfatizó París.
María del Milagro considera que en Costa Rica hay mucho talento y jóvenes con potencial para destacar, no solo en natación, sino en diversas disciplinas. Sin embargo, sin el respaldo necesario, es difícil que puedan superarse.
“Me van a regañar los futbolistas, pero en Costa Rica el fútbol es lo número uno, y los demás deportes quedan allí, relegados. En el caso de la natación, los nadadores necesitan un entrenador, piscina, apoyo y fogueos para mejorar sus marcas. No se trata solo de competir aquí; es un proceso integral. Estoy segurísima de que estas carencias no son exclusivas de la natación, sino que afectan a otras disciplinas también”, agregó.
Finalmente, María del Milagro expuso las necesidades que tiene un atleta para alcanzar el alto rendimiento y competir a nivel mundial.
“Lo primero es contar con un ambiente familiar que lo respalde. No se trata de obligarlos, sino de que el deportista decida entrenar y reciba todo el apoyo posible. Lo segundo es la motivación. Antes nos tirábamos a la piscina y entrenábamos horas y horas sin más. Ahora hay oportunidades para motivarlos; pueden ver otros deportes en la televisión y decidir qué quieren hacer. Y, por supuesto, está la disciplina. Si un deportista quiere hacerlo, puede lograrlo”, concluyó.