Tokio, Japón. El argentino Mariano Puerta se despidió ayer del torneo de Tokio, pero no del tenis.
Acusado de dopaje por L'Equipe , el número diez del mundo anunció que intentará disputar el Másters de Shanghai, e insistió en que no infringió las normas.
"Lo único que digo es que no tomé ninguna sustancia prohibida en el Abierto de París, y por ende no cometí ninguna ofensa", dijo Puerta tras caer 6-2, 6-7 (11-13) y 7-5 ante el chipriota Marcos Baghdatis en la segunda ronda de Tokio.
Había justificadas dudas acerca de cómo sería recibido Puerta, tras conocerse el martes la denuncia del diario deportivo francés.
El periódico Sports Nippon señalaba por la mañana que la noticia había "shockeado" a todos. Puerta se vio beneficiado por el carácter de los japoneses, tradicionalmente calmos y amables.
No eludió la rueda de prensa, obligatoria para los jugadores y que podría haber evitado pagando una multa; pero Puerta quería hablar y lo hizo con palabras cuidadosamente elegidas, sin apartarse del guión de sus abogados.
Y apeló a sus antecedentes de jugador ya sancionado por dopaje: "En la cabeza de ninguna persona cabe hacer una cosa así".
La insistencia de los periodistas llegó a enojarlo. "Por reglamento no puedo hablar más. No puedo hablar, no puedo contestar nada, ¿no entienden?"