Pereira (Colombia). La selección de México avanzó ayer por tercera vez consecutiva a las semifinales de una Copa América, al derrotar por 2 a 0 a su similar de Chile que, en el estadio Hernán Ramírez Villegas de la ciudad colombiana de Pereira, se vio impotente en el esfuerzo por cambiar su suerte.
El resultado permitió a los aztecas meterse en las instancias decisivas por cuarta ocasión en cinco participaciones.
México, que debutó en la Copa América en Ecuador 93, fue segundo en dicha ocasión y tercero en Bolivia 97 y Paraguay 99, donde superó en su último compromiso a Chile por 2 a 1.
Únicamente en Uruguay 95 no pudo pasar de cuartos de final, ya que fue eliminado por Estados Unidos en los penales (4 a 1).
México, que ofreció una gran presentación, fue superior no solo en las cifras, sino en todos los aspectos del juego, en el esquema táctico y en el rendimiento individual y colectivo de sus integrantes.
Chile, por su parte, equivocó el camino táctico. Sus hombres se vieron inferiores al rival durante la mayor parte del partido y aunque tuvo pundonor, careció de futbol y fuerza para escribir una historia distinta.
Chile desconocido
En el primer tiempo, el esquema chileno fracasó: con un central (Fuentes) improvisado como lateral derecho, y una línea defensiva de cuatro hombres que, con excepción de Pérez, fue presa fácil del dinámico y veloz ataque mexicano.
Con un esquema de 3-3-3-1, México tuvo el dominio del campo y tejió las mejores jugadas desde el arranque. Con Jesús Arellano en un papel de franco ataque y una eficiente alimentación de Torrado y García Aspe, México causó estragos en la defensa chilena.
Sobre el minuto 18, en su tercera incursión por la izquierda, De Nigris sorprendió mal parada a la defensa chilena y habilitó a Arellano, que de corta distancia, con un disparo raso sobre la derecha del portero Vargas abrió la cuenta.
En el otro sector, solo el tesón de Montecinos, de nuevo el mejor hombre de Chile, originó algunas inquietudes para el Conejo Óscar Pérez.
En la segunda mitad Chile cambió el esquema a un 3-5-2, con Fuentes de último hombre y Maldonado como lateral por la derecha, mientras México procuró asegurar el control del balón, con buenos resultados en el comienzo de ese lapso.
Pero el equipo austral, con el aporte de Valenzuela, equilibró, y mientras México apostaba al contragolpe peligroso, los chilenos se aproximaban, pero sin acierto en la definición.
La entrada de Daniel Osorno por el agotado De Nigris dio nuevos bríos a México, que recobró velocidad e hizo sufrir otra vez a la zaga chilena, aunque el equipo de García no bajó la guardia y el partido entró en su fase más entretenida.
En ese contexto, el juego se iba a definir por algún error, que llegó en el minuto 79 en el área chilena, cuando la defensa roja no logró rechazar un balón que fue recogido de lleno por Osorno que, con un remate que dobló las manos de Sergio Vargas, puso 2 a 0 para México.
Este gol despertó la ambición azteca, que buscó el tercero por todos lados, convirtiendo en figura, en los minutos postreros, al portero Vargas.