La Guácima. Alajuela Derrapes a alta velocidad en curvas cerradas, trompos, llantas volando por el contacto con los vehículos y el constante peligro de ver a dos carros al borde de chocar, hicieron que la adrenalina se fuera al tope en el Parque Viva.
A la segunda fecha del Campeonato Nacional de Drifting le sobraron emociones y los espectadores no pudieron ni pestañear ante la osadía de los conductores, quienes no escatimaron en forzar al máximo los motores para dar espectáculo.
Ni la lluvia pudo frenar una competencia en la que Diego Acuña logró dejarse la victoria en su Toyota Corolla, superando a Mario Brenes, segundo lugar, y José Vargas, tercero.
El deporte en el que los autos realizan un derrape formando un ángulo con la dirección en movimiento, no defraudó a los amantes de los motores, quienes nuevamente se hicieron presentes para disfrutar en un circuito sumamente exigente.
Los conductores reconocieron que las emociones al volante son indescriptibles y que se requiere de máxima concentración.
“La adrenalina se va al 200%. Uno se sube al carro y todo se desconecta. Se necesita habilidad, técnica y un vehículo muy bien preparado”, dijo Vargas.
Por su parte, Brenes agregó que buscan dar espectáculo y para ello es vital la preparación.
“Dentro del carro, el ritmo cardíaco va a tope. La idea es entrar a las curvas con freno de mano y ahí empieza el derrape; no es sencillo”, señaló el conductor.
Periodista en la sección de Deportes de La Nación. Bachiller en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas. Escribe sobre el Cartaginés.
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