Cuando su padre falleció hace cuatro años, el ciclista Luis Camacho colgó su bicicleta y dejó su ascendente carrera ciclística para encargarse del hotel Los Cipreses, en Monteverde, Puntarenas, junto a su madre.
Con sus hermanos estudiando, el joven de 21 años de edad, en ese entonces, tomó el reto de atender el negocio familiar y pensó que en un futuro, a mediano plazo, volvería a subirse en su bicicleta.
En su palmarés, Camacho, cuya especialidad es el ciclismo de montaña, cuenta con 16 medallas ganadas en los Juegos Deportivos Nacionales y además participó en campeonatos continentales y mundiales, tanto con los equipos BCR Pizza Hut, Specialized, así como la Selección Nacional.
No obstante, su mayor reto hasta el momento fue afrontar la crisis por la pandemia de la covid-19, que obligó a cerrar el hotel Los Cipreses desde el pasado 26 de marzo y fue hasta este lunes 1 de junio, que nuevamente abrieron sus puertas, con la ilusión de que mejores días vendrán y poder dejar atrás la situación tan complicada que han vivido en las últimas semanas.
“Si tuviera que comparar la crisis que hemos pasado con una carrera ciclística, sería tan dura como completar la primera etapa de La Ruta de los Conquistadores. Ese paso por Carara en 2015 es lo más duro que me ha tocado competir”, confesó Camacho, a quien se le pidió precisamente una comparación entre la crisis turística y el ciclismo.
Dejar de recibir huéspedes y tener que despedir personal han sido dos de los momentos más complicados para Luis y su familia; no obstante, confían que con la reactivación económica vendrán mejores momentos y puedan cumplir sus proyectos laborales.
“Desde que estoy en el hotel no nos habíamos enfrentamos a una situación como esta, ni tampoco lo habían vivido las personas que toda la vida han estado aquí. Monteverde es una comunidad que depende totalmente del turismo y por eso la mayoría de establecimientos estaban cerrados y poco a poco han ido abriendo. No sabíamos si abrir o no, todo ha sido una incertidumbre”, comentó Camacho.
Luis confesó que aún desconocen cuál será la evolución de la reapertura en su comunidad, máxime que todavía no se habilitan los vuelos internacionales y la mayoría del turismo que atienden es extranjero.
“No sabemos a ciencia cierta cuándo se van a abrir las fronteras, cuándo la gente empezará a venir a Costa Rica como antes. Nosotros tenemos 28 habitaciones y esperamos ser atractivos para la oferta nacional y recibir visitación para lograr superar la situación que estamos viviendo”, reiteró Camacho, quien recordó que le han hecho frente a la situación con sus ahorros.
Sin dejar la ‘bici’. La pasión por el ciclismo llevó a Luis a implementar este deporte como uno de los paseos en el hotel, con el fin de que las personas que los visiten puedan transitar por los senderos donde él entrenó en su adolescencia y ese esfuerzo los llevó a convertirse en una figura juvenil en el país.
“Tengo un proyecto de paseos en bicicletas eléctricas, por la topografía, que es un poco complicada acá. La idea es mostrarle a la gente por dónde entrenaba y que conozcan esos lugares difíciles, pero con las ‘bicis’ eléctricas es un tour bonito y diferente”, dijo Camacho.
Otro de los proyectos que desean ejecutar es la realización de un paseo nocturno, en un bosque que se encuentra en una propiedad de sus abuelos. La idea, junto con su primo Jesús Andrés Camacho, quien jugó en la Primera División, es que los visitantes puedan tener diferentes actividades y a diversas horas.
Luis tiene en unos de sus grandes amigos al también pedalista Andrey Fonseca, con quien compartió en diferentes eventos internacionales. En las últimas semanas Fonseca lo visitó en Monteverde donde recordaron los viejos tiempos, cuando ambos entrenaban juntos.
“Sigo amando el ciclismo, sigo pendiente de todo lo que pasa. Cuando tengo tiempo salgo a andar y también me encanta ser guía turístico en las bicis eléctricas. Además apoyamos en la Vuelta a Costa Rica a mi cuñado Pablo Mudarra, quien se casó con mi hermana. Es cierto que al integrarme al hotel por la muerte de mi padre (Gerardo Camacho) sabía muy poco de hotelería, pero poco a poco hemos ido aprendiendo y tratamos de darle una atención personalizada al cliente”, aseguró Camacho.
Luis aprovechó estos cuatro años para estudiar Administración de Empresas y junto a su madre, Ana Daisy, y sus hermanos, Mary Cruz y Alejandro, esperan sacarlo adelante, luego la crisis por el coronavirus.
“Creo que después del confinamiento por la covid-19 es una buena oportunidad de volver a ponerse en contacto con la naturaleza, tener paz y tomar un nuevo aire. En Monteverde todas las personas pueden encontrar todos esos elementos y ayudar a la comunidad. Ahora es más fácil llegar porque tenemos la calle asfaltada y eso nos beneficia a todos”, agregó Camacho.