Rolando González se marchó de la pasada Vuelta a Costa Rica con una gran decepción y cargando un sentimiento de impotencia al ver lo que sucede adentro del pelotón.
Fue un testigo más de lo que pasa, de lo que nadie habla, de lo que tapan y por lo que ahora algunos lo ven como un traidor, al referirse al gran tabú que durante años se ha manejado con secretismos y hermetismo.
Ahí comprobó que no todos los ciclistas, pero sí muchos, utilizan sustancias prohibidas que incluyen hasta productos para caballos e incurren en prácticas indebidas, como suero intravenoso o transfusiones.
Pese a la política de cero agujas implantada por la Unión Ciclista Internacional (UCI) desde hace algunos años, cuenta que en la carrera abundan las jeringas y que la evidencias quedan en los basureros de los hoteles por donde pasa la caravana.
Con alarma y frustración, este corredor de 38 años denuncia que lo más grave es que el problema envuelve a talentos, a chiquillos que desde Juegos Nacionales comienzan a formar parte de la cultura del dopaje en Costa Rica.
Él se retiró después de la quinta etapa del giro a la tica y se marchó muy decepcionado al considerar que "nada ha cambiado o, en realidad, que todo ha cambiado, pero para mal, porque ahora está peor".
González habla con conocimiento de causa.
Él tenía un gran potencial en el MTB, pero incursionó en el ciclismo de ruta y los buenos resultados comenzaron a llegar.
Fue campeón novato de la Vuelta a Costa Rica en 1999, pero muy pronto, tras la edición de 2001, decidió dejar el ciclismo y en 2004 se marchó a Estados Unidos.
"Hace un par de años fue que me volvió a dar la 'chochera' de la bicicleta y estoy corriendo con el equipo continental 303Project. Por 12 años no pude volver al país y siempre tenía esa idea de que quería correr de nuevo una Vuelta a Costa Rica y disfrutarla, sin presión, sin estrés", contó.
Estuvo haciendo la gestión para que le dieran una invitación al 303Project, pero al ser en diciembre, la carrera estaba fuera del calendario del equipo, así que conversó con Rodrigo Montoya y él lo inscribió con su escuadra: BCT Santa Ana Ficenca.
Su última etapa fue la famosa contrarreloj entre Palomo y Paraíso del 22 de diciembre, porque consideró que no tenía sentido continuar.
Ese fue el día en el que se practicaron 25 exámenes de sangre que permitieron detectar rastros de microdosis de CERA en once ciclistas y EPO en otro corredor.
Cuando trascendió que Juan Carlos Rojas, César Rojas, Leandro Varela, José Irias, Gabriel Marín, Jason Huertas, José Alexis Rodríguez, Vladimir Fernández, Kevin Murillo, Jordy Sandoval, Jeancarlo Padilla y Melvin Mora arrojaron un resultado analítico adverso y que quedaban suspendidos provisionalmente, González confesó que el sinsabor con el que se fue se convirtió en un sentimiento de esperanza.
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Aunque él no señala a ningún ciclista en particular, le satisfece que se tomen acciones para combatir el gran problema que desangra al deporte de sus amores.
El viernes pasado, la Fecoci dio a conocer que la UCI envió otro aviso, notificando que a los hermanos Rojas y a Varela también se les halló testosterona y anabólicos derivados en exámenes de orina.
— ¿Qué se encontró acá, al volver a la Vuelta a Costa Rica tantos años después?
—Encontré que todo ha cambiado para mal, porque es lo mismo, pero peor.
Yo había ido a correr la Vuelta a Guanacaste en mayo para encontrar un equipo con el que pudiera correr la Vuelta.
En el 2016 fue la primera vez que pude volver a Costa Rica y no estaba entrenando a tiempo completo; tengo unos cuántos amigos que me dicen cómo están las cosas y lo que me encontré fue que las cosas iban como el cangrejo, peor de lo que pensé.
Me fui de Costa Rica hace catorce años y uno piensa que todo va a estar mejor, especialmente en el ciclismo, que es mi pasión, y me doy cuenta de que todo está peor.
Tal vez no es que no sabía, porque siempre lo he sabido, dentro del deporte uno sabe cómo son las cosas, pero jamás pensé que las cosas iban a estar tan mal con el tema del dopaje.
Es muy triste, lo que más me decepcionó fue ver a muchachos de Juegos Nacionales pidiéndole consejos a corredores élites de dónde comprar EPO, CERA, o algo así.
Y es que yo salí de Juegos Nacionales, yo corrí mis primeros Juegos y después de eso me contrató el equipo de Pizza Hut y estuve con ellos por siete años, pero yo jamás en la vida a los 15 años iba a pensar en doping y lo más decepcionante fue saber que después de tantos años, esos chiquillos inocentes andan buscando ese tipo de cosas para correr en Juegos Nacionales.
Cuando fui a la Vuelta a Guanacaste oía conversaciones de que habían ciclistas que no estaban andando bien porque no se ponían nada aún o que para una carrera de cuatro etapas había gente que buscaba recuperación intravenosa.
O el hecho de que en la Vuelta a Chiriquí había gente vendiendo hormona de crecimiento y gente viendo qué encuentra en la farmacia que no se puede adquirir en Costa Rica para ponerse durante la carrera o para prepararse.
Eso ya me decepcionó mucho, porque desde que me fui de Costa Rica nunca tuve que pensar en nada de eso y vi muy mal el hecho de que no habían mejorado las cosas.
— ¿Este tema del dopaje se daba antes y por lo que usted cuenta ahora es peor?
—Exactamente, el tema del doping en Costa Rica no es algo que empezó en el año 2017, ni en el 2010, ni en 1980, viene de antes.
Es un asunto de la cultura del deporte, igual que en Europa, que empezó desde hace años.
Desde hace mucho tiempo hay ciclistas que se tragan todo lo que se tuvieran que tragar, como las anfetaminas que en su momento eran malísimas.
Esto no es de ahora, pero lo que yo sabía es que años atrás todo esto se daba solo en la Vuelta a Costa Rica y ahora lo que he visto y me han contado es que esto es de siempre, no solo de la Vuelta a Costa Rica, sino de cualquier carrera pequeña de ruta y MTB.
Y que no es un asunto propio de los élites, también hay mucho dopaje en los máster y lo más preocupante para mí es en los chiquillos que vienen para arriba y no saben nada y ya están buscando ese tipo de sustancias prohibidas.
Eso ha sido lo más decepcionante.
— Desde algunos años la regulación mundial es de cero agujas en el ciclismo y por lo tanto nadie se puede inyectar, infiltrar, hacer transfusiones… ¿Qué vio usted en esta Vuelta?
—Hace unos años, la Unión Ciclista Internacional (UCI) estableció que el uso de agujas era ilegal y desde ahí, en algo tan simple y sencillo como recuperarse vía intravenosa, o ponerse cualquier tipo de inyección es ilegal y lo que pasa es que la gente cree que por ser un desinflamatorio o alguna otra cosa está bien, pero eso es prohibido.
Es que es ese método, de cómo ponérselo al cuerpo, eso es ilegal.
Entonces había gente que se inyectaba suero; otros le agregaban vitaminas, aminoácidos, productos veterinarios como aminoácidos para caballos y entonces no solo usan un método ilegal con agujas, sino que ya están metiéndole a su cuerpo sustancias ilegales.
— ¿A usted no lo sorprendió entonces cuando inicialmente se dio a conocer la cifra escandalosa de doce ciclistas con resultados adversos en los controles antidopaje?
—No me sorprendió para nada, de hecho, aunque suene feo, estaba saltando en una pierna, por así decirlo, porque no era nada nuevo para mí, sabía que el problema estaba y si no se da esto, no es justo para los ciclistas que corren limpios, sin trampas.
Cuando pasó eso, yo lo vi como algo positivo, más que algo negativo.
Es triste para el ciclismo nacional, sí, pero las cosas nunca van a cambiar si no se empieza a combatir esta epidemia del dopaje y es que esto es algo que todos lo saben, pero nadie habla y el que no lo sepa es porque se hace el tonto.
— ¿Por qué usted rompe con la norma de este tema que a nivel de ciclistas lo manejan como un tabú y a diferencia de muchos sí habla de cómo se consumen sustancias prohibidas en el pelotón nacional y qué lo lleva a conversar del tema con la revista VeloNews y ahora con La Nación?
—Yo ni siquiera terminé la Vuelta a Costa Rica, en la etapa cinco me retiré porque ya había hecho diez días de Chiriquí, cinco días de la Vuelta y preferí regresar a Estados Unidos para pasar tiempo con mi hijo que terminar la Vuelta y yo vine decepcionado.
Iba a poner algo en Facebook, nunca lo hice y cuando salió el anuncio de la UCI con los positivos, todo coincidió.
Las estrellas se alinearon, porque le respondí un comentario en redes a una amistad mía, la gente de VeloNews llegó, me contactó y se hizo esa entrevista que se hizo hace un mes y la publicaron hasta ahora.
Yo hablé del tema con ellos y lo hablo con usted porque si uno no lo dice, las cosas no van a cambiar.
Que caiga quien tenga que caer, pero es que no puede ser que desde Juegos Nacionales haya doping.
— Alguna gente está en contra de que se inviertan tantos millones en controles antidopaje cuando también hace falta dinero para apoyar a atletas de proyección. ¿Usted como ciclista qué piensa de eso?
—Es que tiene que ganar el que realmente ganó porque se esforzó sin acudir a cosas ilegales y eso es parte del deporte. Ahí es donde se justifica la inversión.
Nunca vamos a crecer en el ciclismo en Costa Rica si no lo hacemos como es y, claro, hay que invertir en el deporte en general, en los jóvenes y apoyarlos, pero qué se gana con hacer esa gran inversión si al final de cuentas no nos está llevando a ningún lado.
Qué hacemos con un pelotón en Costa Rica que ande fortísimo a nivel nacional pero que no haga nada en el exterior, porque si salen a una carrera en el extranjero, saben que se exponen a que los agarren dopados.
Y si no usan las cosas que usan, afuera no van a figurar, a rendir de la misma manera y entonces no vale la pena apoyar si todo está tan sucio y corrupto dentro del deporte.
— Usted se fue decepcionado, pero al ver lo que está ocurriendo, con esta lucha contra el dopaje declarada, ¿volvería a correr la Vuelta a Costa Rica?
(Lo piensa unos segundos...)
—Bueno, garantizando que no me linchen, tal vez (ríe).
En estos momentos, desgraciadamente hay algunas personas que están molestas porque yo hablé y critico el dopaje que existe en Costa Rica.
Yo cuando me vine de nuevo para Estados Unidos venía pensando en que no quiero volver, que para qué, que eso ya era demasiado con todo lo que pasa ahí, que no tiene ningún sentido volver a Costa Rica, pero al mismo tiempo, con un deporte más limpio y más parejo, por supuesto.
No tendría ningún problema en correr y apoyar el ciclismo, a un evento como la Vuelta a Costa Rica y darle el ejemplo a los jóvenes de que las cosas se pueden hacer de una manera diferente, que yo siento que esa es mi ayuda al ciclismo del país.
Yo puedo enseñarle a la gente que las cosas se pueden hacer sin tener que recurrir a las sustancias prohibidas, que es lo que la gente está acostumbrada en el país.
Ya los corredores jóvenes desde que vienen para arriba lo que están pensando es que para una carrera de varios días tienen que usar cuestiones para recuperarse y yo siento que este es un buen ejemplo, con el hecho de que la gente pueda ver que uno puede hacer diferencia.
Quizás nadie sepa quién es Rolando González, pero pueden decir que es alguien que corrió en Costa Rica, que vio lo que pasó, que ahorita corre en un equipo profesional y que puede darle esperanza a los jóvenes, que eso es lo más importante.
— ¿A usted le trataron de vender alguna sustancia prohibida estando en la Vuelta a Costa Rica?
—Directamente no, pero bueno... Yo quería correr la Vuelta con un equipo que no estuviera involucrado en lo absoluto con nada de drogas, doping, ni agujas para recuperación.
A un amigo le mandaron un mensaje por Whatsapp en el que le decían que tenían hormona de crecimiento y que le ofreciera a todos los que estábamos con él.
Por otro lado, igual, conversando con gente en general, cuando uno les decía que yo no ocupaba nada para recuperarme en una carrera de diez etapas, me contradecían con que si yo no usaba nada, no iba a andar bien y que me tenía que poner esto y lo otro.
Nadie me llegó a decir le vendo esto ya, pero indirectamente sí, porque lo ofrecen para todos en general.
Obviamente, yo me di cuenta de varias personas que estaban haciendo sus cosas por aparte; ya uno es un corredor viejo y sabe el comportamiento de los muchachos, lo que están escondiendo o algo tan simple como ver una sábana con sangre en una camilla de masaje, porque eso significa que alguien está usando agujas; uno no es tonto.
— ¿Qué le dice el hecho de que en la Vuelta Infantil compitieron unos 300 ciclistas? Porque ellos son el futuro y existe este problema.
—Por eso es importante que todo esto se hable, que se abra el diálogo sobre lo que pasa, porque hay mucho chiquito que viene para arriba y si de ahora en adelante se trabaja, todo cambiará.
Algunos me han contactado y me dicen que yo le estoy haciendo lo peor que le puedo hacer al ciclismo al hablar, que afecto a los ciclistas y no es cierto.
Los equipos están desapareciendo por resultados positivos en los controles antidopaje, pero al final de cuentas, todo esto que está pasando, así sea tan negativo, esto es lo mejor que puede pasar, porque esto se salió de control.
Esto siempre ha sido malo y se tiene que arreglar, porque si no se soluciona, este montón de chiquillos que están saliendo no van a llegar a ningún lado y por eso es que yo me decidí a hablar.
Si esto no se habla, entonces los muchachos desde los catorce años o antes van a empezar a buscar estos productos y los buscan porque saben que los ídolos de ellos los usan, que los que están corriendo la Vuelta los usan, porque los que ganan los usan y los chiquillos toman el ejemplo de los ciclistas que son sus héroes.
Ya es hora de que los ciclistas vayan por buen camino y toda la organización, desde entrenadores, dirigentes y excorredores, porque me han informado que en toda Costa Rica hay distribuidores de sustancias dopantes.
Esto no es un problema de ganar, sino que se convirtió en un negocio llevar ese montón de sustancias y todo eso se tiene que acabar.
Lo mejor que se puede hacer es que todo ese tipo de gente que daña nuestro deporte se vaya del ciclismo.
Experto antidopaje: 'No se pueden usar medicamentos de uso veterinario'
En vista de que Rolando González expone que integrantes del pelotón nacional usan desde jeringas hasta aminoácidos para caballos como parte de su recuperación, se le consultó al experto en control antidopaje, el doctor Cristhiam Moraga, cuáles son los riesgos de esto.
Según el galeno, quien trabaja con la Fundación de Lucha contra el Dopaje en el Ciclismo (CADF), el aminoácido como tal no es una sustancia prohibida, aunque "puede haber mucho daño renal cuando se usan grandes cantidades de aminoácidos".
Empero, explicó que "la Agencia Mundial Antidopaje tiene tipificado dentro de su lista de sustancias prohibidas que no se pueden usar medicamentos de uso veterinario y medicamentos de experimentación".
Para él, el hecho de que se hicieran controles antidopaje en la Vuelta a Costa Rica influyó para que la Vuelta Infantil 2018 contara con un récord de participación de casi 300 promesas de este deporte.
"Eso es un buen síntoma, contrario a lo que muchos piensan, con esto el deporte va a agarrar más fuerza porque vienen nuevas generaciones para arriba y es interesante porque muchos papás se le acercaban al médico del evento a preguntar que si esta sustancia era prohibida y que querían averiguar bien", mencionó.
Con eso, el Dr. Moraga insiste en que la lucha contra el dopaje no se basa en hacer exámenes y castigar atletas que infrinjan las normas, sino que la educación es primordial.
"Yo veo que esto es esperanzador. El ciclismo se ha sobrepuesto a un montón de cosas, como a Lance Armstrong y los equipos se han sobrepuesto a los atletas que han salido dopados, así que vamos a tener un deporte más equilibrado", indicó.