El Gimnasio Nacional se fundó en 1960, cuando no tenía techo y se utilizó para alguna corrida de toros. Estaba rodeado por cafetales y todavía no existían otras construcciones emblemáticas de San José, como la Corte Suprema de Justicia, el Banco Anglo Costarricense y el Hospital Nacional de Niños.
Por La Sabana pasaba el tren, algunos buses y transportes de carga. Había un aeropuerto de avionetas y muy pocos automóviles, exclusivos para los ciudadanos de clase alta.
Han pasado 57 años y el Gimnasio Nacional aún sobrevive, en medio de arreglos y remiendos, a estas alturas insuficientes para corregir los problemas que acumula el reducto.
Los deportes crecen y el inmueble, que ya agoniza, sigue siendo importante. Las federaciones se pelean los espacios para utilizarlo y realizar torneos. Con un año de anticipación se reservan horas de uso y aún así hay quejas por la falta de campo y por las cancelaciones.
La ingeniera del Icoder, Marielos González, reconoce que el Gimnasio ya cumplió su vida útil o está en proceso de hacerlo. Se han dibujado algunos bosquejos preliminares para la construcción de un posible reducto que lo sustituya, pero no hay presupuesto.
Tampoco se puede ‘botar’ de un día para otro, pues muchas federaciones dependen de este gimnasio para realizar las prácticas de las selecciones nacionales, pese al deterioro.
La construcción del Pabellón Deportivo es una de las soluciones más próximas, ya que la obra albergará a cuatro deportes colectivos y cuatro de contacto, y tendrá medidas internacionales para cumplir los requerimientos de cada federación.
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“El gimnasio está en pésimo estado. Los baños, la instalación eléctrica, los aros y tenemos muy poca disposición para utilizarlo, pese a ser un gimnasio que supuestamente es para deportes colectivos”, explicó Luis Blanco, hasta la fecha presidente de la Federación de Baloncesto.
Desde su fundación, el Gimnasio Nacional ha sufrido un giro. En sus inicios se centró en albergar al baloncesto, que forjó su era dorada alrededor de los grandes clásicos que se jugaron allí. También se hicieron conciertos, eventos de lucha libre y algunas actividades aisladas que poco comprometieron la capacidad del reducto.
Todo empezó a cambiar con el paso del tiempo.
El resto de deportes empezaron a pedir espacios, al punto de que las horas de uso se dividen entre muchas federaciones, que programan las prácticas de sus selecciones nacionales y planean sus competiciones internacionales aquí.
En las federaciones critican la distribución que realiza el Icoder, ya que sostienen que se valora muy poco si un deporte se está preparando para un evento internacional.
También que se le cede demasiado espacio a disciplinas que podrían entrenar en cualquier otro lugar, ya que su deporte no depende necesariamente de las dimensiones que ofrece el Gimnasio.
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Otro de los cuestionamientos gira alrededor de los eventos paralelos que se realizan aquí y que no tienen ninguna relación con el deporte.
Por ejemplo, en el balonmano cuestionan el poco espacio que se les presta el reducto, pese a que la selección se está preparando para los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
“Está muy mal la distribución, casi no lo podemos usar. El Gimnasio Nacional debería ser para uso de las federaciones deportivas, idealmente para selecciones nacionales. Se presta a algunos deportes que se podrían hacer en cualquier otro lado”, afirmó Juan Carlos Gutiérrez, jerarca de esta disciplina.
Los argumentos del Icoder van desde la falta de planificación de las federaciones para reservar con tiempo, hasta la necesidad de guardar un espacio a todos los deportes, y no a unos pocos.
Marielos González insiste en que hay un reglamento que permite dar prioridad a aquellos deportes que están a las puertas de algún evento internacional y necesitan prepararse, pero pocas veces les informan con tiempo sobre sus necesidades.
También hay que hacer arreglos constantes, que en algunos casos llevan sus días en completarse. En el órgano deportivo sostienen que se le da mantenimiento, pero la antigüedad del inmueble no permite hacer mejoras permanentes y duraderas.
En las federaciones insisten en que se puede cuidar un poco más.
“Siempre nos dicen que está ocupado y resulta que sí hay espacios. Aparte está muy deteriorado. El año pasado se hizo un evento y yo tuve que pagar la reparación de las luces porque muchas estaban quemadas”, explicó Édgar Alvarado, jerarca del voleibol.
El inconveniente se produce principalmente en los horarios de noche, durante los fines de semana y cuando se calendariza un evento que se extiende por más de dos días.
La mayoría de las federaciones trata de reservar después de las 6 p. m., ante las complicaciones de horario de los atletas que, en la mayoría de casos, trabajan o estudian.
¿Qué opinan las federaciones sobre el Gimnasio Nacional?
Luis Blanco, presidente de la Federación de Baloncesto:
"Está fatal. No tenemos disponibilidad más que en dos días, pese a que supuestamente es un gimnasio para baloncesto y los deportes de conjunto. No hay posibilidades de uso, normalmente se suspende y el Icoder manda una programación mensual que muchas veces no se respeta. Está en pésimo estado, los baños, por ejemplo, son deplorables y los tableros son de los 60'. Ahí no se puede hacer un evento internacional".
Juan Carlos Gutiérrez, presidente de la Federación de Balonmano:
"Muy mal. Casi no lo podemos usar, el Gimnasio Nacional como tal debería ser para uso de las federaciones deportivas, idealmente para las selecciones, pero para algunos deportes se presta para cosas que se podrían hacer en cualquier otro lado, o algunos deportes que se podrían entrenar en cualquier otro lado, al no tener especificaciones. Lo más preocupante es que lo prestan para convenciones y reuniones de gremios".
Wílmar Alvarado, presidente de la Federación de Taekwondo:
"Se nos han cancelado dos eventos programados con suficiente antelación en cuestión de dos años. Esto nos hizo bastante daño. Solicitamos el gimnasio y faltando un mes se nos avisó que no nos lo iban a ceder aduciendo que había otra federación que lo reservó con más tiempo, pese a que lo pedimos desde un año antes".
Rafael Vargas, presidente de la Federación de Futsal:
"La cancha la veo bien en este momento. La infraestructura en general es vieja, de muchos años. Ya tiene su deterioro y uno no puede decir que está en los mejores condiciones, pero no es producto de que no se quiera, sino que el paso de los años ha hecho mella en la estructura del gimnasio".
Édgar Alvarado, presidente de la Federación de Voleibol:
"Nos dicen que siempre está ocupado y resulta que sí hay espacios. Aparte está muy deteriorado. Nos afecta mucho porque tenemos que estar todas las semanas entrenando en un gimnasio pequeño y en el voleibol se necesita espacio para muchas cosas; lo ideal es estar en el Gimnasio Nacional. El año pasado, en mayo, se hizo un evento, yo tuve que pagar la reparación de las luces porque la mayoría estaba quemada. Ahorita estamos conversando con compañeros de otras federaciones para ver si convocamos a una reunión para tratar de que todos podamos usarlo".
*La descripción de las características sobre Costa Rica en 1960 fue realizada por Andrés Fernández, arquitecto y cronista urbano.