Federico Escalante, esposo de Ligia Madrigal, la atleta que este miércoles se convirtió en la primera costarricense en ascender los 8,848 metros sobre el nivel del mar (msnm) del monte Everest, no puede ocultar su cansancio por la presión y el desgaste mental.
Prácticamente sin dormir, pegado a su computadora para observar la evolución de su esposa en la travesía a la cima del mundo, respiró aliviado al conocer que este miércoles 22 de mayo su pareja logró culminar un proyecto al que ambos pusieron lo mejor de sí para cumplirlo.
Federico, quien es arquitecto y un aguerrido ciclista de montaña, es consciente de que la primera parte está cumplida, pero que ahora Ligia debe descender hasta Katmandú. Él sabe que en ese momento podrá estar tranquilo al saber que su esposa quedó totalmente fuera de peligro.
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“Nos tocó buscar los patrocinios, montar las presentaciones de los retornos de inversión y firmar los contratos. La parte del entrenamiento fue crucial. Durante mucho tiempo entrenamos juntos, pero cuando a Ligia le tocó hacer entrenamiento de alta montaña, ella viajaba sola por cuestiones de presupuesto. Sin embargo, hemos jalado parejo los dos”, expresó Escalante en conversación con Tigo Sports.
El orgulloso esposo insistió en que fue un trabajo de equipo y siempre apoyó a Ligia desde todos los frentes.
“Siempre traté de quitarle lo que yo llamo la carpintería, para que ella se dedicara a entrenar y ponerse como un roble. Sin distracciones como faltantes de presupuesto o firmas de contratos, aunque sí manejamos las redes sociales juntos. Creo que hacemos un buen equipo”, agregó Escalante.
Federico es consciente de que los dos últimos años fueron complicados, pues debieron buscar apoyo en todas partes. Agradeció la confianza y el apoyo para Ligia, de quien nunca dudó que podía cumplir la meta y hacer historia en el deporte costarricense.
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“Soy arquitecto y este año tuve que sacrificar mucho mi trabajo para dedicarme a asegurarnos que esta expedición iba a ser un éxito total. Jalamos parejo y juntos para todo lado, creo que esa fue la base de nuestro éxito porque confiamos en la capacidad del uno y del otro.
Aunque el ascenso es la primera parte de la travesía, el descenso hasta el Campo Base es muy exigente y complicado porque el cansancio hace mella en las fuerzas.
“Creo que cuando ella esté en Campo 4 allí va a empezar mi tranquilidad. De Campo 4 a Campo 3 no es tan complicado, dentro de las situaciones de la montaña; por eso no voy a estar tranquilo hasta saber cómo se encuentra física y mentalmente”, añadió Escalante.
De acuerdo a lo programado, Federico buscará que su esposa no tenga problemas para atravesar dos de los lugares más peligrosos de la montaña.
“La Pared de Lhotse y el Glaciar de Khumbu son dos de las partes más peligrosas en el descenso. Es por eso que vamos a hacer todo lo posible por bajarla a Katmandú en helicóptero, desde el Campo 2 y no correr riesgos, porque son muchos días en la montaña. Todo dependerá de la situación económica. Esperemos que todo salga bien y tenerla en Costa Rica el domingo 1.º de junio”, declaró Escalante.