La maratonista Gabriela Traña concluyó el domingo la maratón de Londres, pero lo hizo con su peor tiempo (3:05:04) en las 21 carreras que ha disputado desde el 2007.
Un crono que, según la alajuelense, estaba lejos de lo esperado, pero al final eso pasó a un segundo plano.
Asegura que su intención fue terminarla, pues prácticamente que en 37 de 42 kilómetros se sintió en malas condiciones.
Una temperatura de 24 grados Celsius, cuando lo esperado era máximo 15, combinado con la humedad le pasó factura a la nacional.
Desde Londres, Traña señaló que no estuvo enferma ni se sentía débil de piernas, pero tras el quinto kilómetro empezaron los problemas.
“Empecé con una sensación de mareos que generó preocupación, porque se está muy lejos de la meta. Me sentía muy descompensada, por la misma densidad del clima que teníamos. Me costaba mucho respirar, tenía sensación de desvanecimiento, tuve que decidir qué hacía, porque si seguía a ese ritmo no iba a llegar a la meta”, comentó a La Nación.
Durante el recorrido asegura que vio gente vomitando y algunos desmayos. Y aunque reconoce que la temperatura de 24 grados es normal en Costa Rica, su preparación fue pensando en otras circunstancias.
Del archivo:
“Hicimos un proceso de entrenamiento por debajo de los 15 grados y esperábamos competir en una temperatura de 10-12 grados a lo sumo, que es la temperatura que ha habido en los últimos años, cosa que no fue”.
Según el diario The Guardian, la maratón se desarrolló con “temperaturas récord”. Incluso, el periódico británico informó de la muerte de un corredor llamado Matt Campbell, pero el director de la carrera, Hugh Brasher, dijo que no era prudente especular sobre si las altas temperaturas habían sido un factor en su muerte.
Para Traña ese componente sí pesó sobre su tiempo, pero reconoce que hay otros elementos por cuidar, como el descanso entre entrenamientos y al momento de plantear el itinerario del viaje.
“Lamentablemente diría yo que troté la maratón para llegar a la meta (...) El tiempo esperado por mal que me fuera era de 2 horas y 50 minutos, o un promedio de 2:45″, comentó.
Por ahora Traña no se ha acercado a los tiempos para pensar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, aunque asegura que buscará la marca (menos de 2:45).
La experimentada corredora no cuenta con becas deportivas desde hace al menos dos años en el Comité Olímpico Nacional y tres años en el Icoder.