Hanna Gabriel sigue como la mejor del planeta en las 154 libras, al retener su título mundial wélter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
La costarricense demostró, de nuevo, su gran calidad dentro del cuadrilátero, esta vez ante la australiana Sarah Dwyer. Por eso triunfó por decisión unánime.
Hanna conectó buenos golpes, se vio con mucha resistencia física y dejó clara su habilidad para evitar los castigos de la adversaria.
Desde el primer round, ambas pugilistas se esforzaron por golpear a su oponente, aunque fue Hanna quien estuvo muy cerca de conectar un par de veces el rostro de la australiana.
Entre tanto, en el segundo asalto no hubo mayores emociones, a excepción de los últimos segundos, cuando Hanna se fue al frente en procura de sorprender a la retadora.
En esos primeros rounds, Hanna lanzó algunos golpes al hígado para disminuir a Dwyer.
En el tercero, Dwyer se lanzó sobre la nacional, quien incluso llegó a estar contra las cuerdas, aunque logró sortear los golpes y salir de la presión.
Cuando la campana anunció el inicio del cuarto asalto, las emociones empezaron a subir, al punto de disparar los gritos del público, pues las boxeadoras se fajaban en una ardua lucha.
Eso fue el preámbulo de lo ocurrido en los últimos instantes del quinto round. Hanna lanzó cuantos golpes pudo al rostro de la australiana, y logró conectar uno con claridad.
La respuesta de la exluchadora de artes marciales mixtas llegó en el sexto episodio, cuando una recta de derecha se alojó en la cara de Hanna, que le dejó hinchado el párpado izquierdo. Eso fue más que un golpe para la tica, porque le elevó la adrenalina para desquitarse con dos golpes francos.
En la sétima llamada, las tarjetas debieron quedar a favor de la costarricense, por el desempeño mostrado. Además, la alajuelense demostró de nuevo su gran capacidad para evadir los ataques.
Hanna logró propinarle dos golpes a Dwyer en el noveno round; en el momento cúspide que levantó al público de sus asientos. La australiana demostró tener mucha resistencia para soportar esos castigos, aunque evidenciaba cansancio y un poco de desorden para pelear.
“Esta vida es para disfrutar en los momentos buenos y bajos. Gracias por venir y gracias a Dios por permitirme estar aquí. Es un honor estar en Nicaragua de nuevo. Costa Rica los ama también, no se olviden de eso”, pronunció Hanna luego de ser declarada triunfadora.
Por su parte, Dwyer resaltó el gran nivel de la costarricense, a quien calificó como una adversaria muy difícil.
La reyerta de 10 asaltos se disputó en la discoteca Baco en Managua, Nicaragua.
La tica no pudo contar con el apoyo, desde su esquina, de su esposo y entrenador Bryan Tiquito Vásquez, a quien por razones personales le fue imposible viajar a Managua.
En su lugar, la acompañó Pedro González, a quien Hanna describió como un técnico de mucha experiencia y conocedor del medio.
La última pelea de la pugilista costarricense había sido ante la estadounidense Clarissa Shields, el pasado 22 de julio, cuando perdió por decisión. Dicho enfrentamiento fue designado como la pelea del año en la rama femenina por algunos medios especializados. En esa oportunidad, el combate se dio en la categoría 160 libras.
De haber ganado el combate ante Shields, Hanna se habría dejado el cinturón de campeona en tres diferentes categorías, pues también saboreó la victoria en las 147 y 154 libras.
Hanna llegó con un récord de 21 combates realizados con 18 victorias, dos derrotas y un empate, mientras la australiana Dwyer tenía en su palmarés, antes del sábado por la noche, nueve peleas con un saldo de tres triunfos, cuatro derrotas y dos empates.