El Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder) le inyectará alrededor de ₡455 millones al Estadio Nacional para cubrir los gastos fijos y mantenerlo a flote, al menos hasta enero del próximo año.
La administración del reducto, a cargo del fideicomiso 1065 del Banco Nacional, pasó de generar casi ₡1.200 millones por año, a percibir ingresos mínimos, a causa de la pandemia provocada por la covid-19.
En este momento no se puede afirmar que la entrada es cero, pues se habían firmado algunos contratos de publicidad con antelación.
Sin embargo, la caída es abrupta y en muy poco tiempo, lo que dejó sin margen de maniobra a la administración.
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El reducto recogía ingresos frescos a partir de alquileres para conciertos, eventos y partidos, además de los banners de publicidad.
El cambio es radical, pues la Joya de La Sabana era 100% auto sostenible; se invertían casi ₡100 millones por mes en mantenimiento, agua, luz, póliza de seguros y salarios de los funcionarios.
Adicionalmente, se donan alrededor de ₡1.200 millones en oficinas, pues las federaciones deportivas utilizan las instalaciones y no se les cobra el alquiler.
La coyuntura actual obligó a disminuir los gastos al mínimo y a llegar a un acuerdo con el Icoder para que aportara un monto cercano a los ₡455 millones, un dinero suficiente para sostener el reducto en buenas condiciones.
"El objetivo es que el Estadio Nacional se mantenga porque los costos de recuperación de un estadio de ese tamaño deteriorado es carísimo", explicó Juan Carlos Crespo, presidente de la Junta Administrativa del Fideicomiso.
Crespo reconoció que la pandemia los tomó por sorpresa, lo que les impidió ahorrar el dinero suficiente para sustentar todos los gastos del escenario deportivo.
Aun así, afirma que habría sido imposible cubrir la totalidad del mantenimiento, dado el desplome en los ingresos.
Fue entonces cuando se acudió al Consejo de Deportes del Icoder, que aceptó la petición de aportar cerca de ₡455 millones para cubrir los gastos fijos.
Gastos. El monto se divide en tres rubros: ₡240 millones para gastos de mantenimiento de edificios y en servicios para el funcionamiento del reducto, como pólizas de seguros, seguridad y limpieza.
Cerca de ₡96 millones en gastos para obras de mejoramiento y reparaciones necesarias para el Mundial Sub-20 femenino que se realizará en Costa Rica.
Además, el Consejo había aprobado con anterioridad un primer tracto de ₡120 millones para cubrir el agua y la luz.
Como lo que se firmó fue un fideicomiso de mantenimiento entre el Icoder y el Banco Nacional, la otra alternativa posible era romper el acuerdo entre las partes, lo que habría dejado a la entidad que rige el deporte con un nuevo problema sobre la mesa.
En los últimos cinco años de gestión, el Estadio Nacional ha generado ₡5.250 millones. De este monto, se han invertido en mantenimiento ₡1.745 millones.
“El dueño del estadio es el Icoder. Le dio el estadio a un fiduciario, que es el fideicomiso Banco Nacional. El fin del fideicomiso es la administración del Estadio a partir de la generación de ingresos. Al no ser posible generar ingresos, el dueño debe asumir los costos; es una circunstancia de fuerza mayor”, explicó Crespo.
En este caso, el Icoder optó por aportar una suma de dinero que le permita aguantar el vendaval que ha significado la pandemia para los eventos masivos.
Sin embargo, esta primera inyección de capital podría incrementar en los próximos meses, pues se desconoce cuándo acabará la pandemia y regresarán los eventos masivos.