La exigencia del triatlón Ultraman es tanta, que para los competidores es inevitable perder peso fácilmente en apenas tres días.
Así le sucedió a los ticos Johana Ávila y Paulo Feoli, quienes el domingo concluyeron su meta en Canadá, tras 520 kilómetros entre natación, atletismo y ciclismo.
Feoli asegura que perdió 35.000 calorías y 15 libras (6,8 kilos) durante los tres días, mientras Ávila vio desaparecer 10 libras (4,5 kilos), aunque en su caso fue durante el día uno y después logró estabilizar el peso.
En la primera etapa los atletas nadaron 10 km e inmediatamente hicieron 149,8 km en bicicleta. Al día siguiente completaron 275,8 km de ciclismo y el último día cerraron con una doble maratón: 84,4 km.
Siempre se mantuvieron hidratados y con buena alimentación, pero a tanto esfuerzo es inevitable que hoy se vean con kilos menos.
Al inicio y al final de cada día, habían médicos que medían el peso, la presión y la frecuencia cardíaca de los competidores, para controlar su estado de salud y asegurarse que podían continuar en carrera.
Eso garantizaba la seguridad del triatleta. Pese a tanto trabajo físico y mental, estaba preparados para seguir. Sin embargo, siempre existía la posibilidad de alguna lesión o infortunio mecánico.
Pero los malos momentos son normales, como le sucedió a Feoli cuando ya estaba muy cerca del final.
“Para mí fue muy dramático, porque el tercer día la segunda mitad de carrera me costó mucho, cuando iba por 11 horas me faltaban cinco kilómetros y tenía que sacar un esfuerzo especial para entrar en el corte (es de 12 horas por día). Fue dramático porque decía: ‘llegué hasta aquí y no lograr eso’”, comentó Feoli, quien culminó en la casilla 27 entre 35 atletas.
Feoli y Ávila se prepararon durante ocho meses para esta carrera, tiempo en el que también los acompañó el español Jorge Nadal, quien reside en Costa Rica desde hace siete años.
Juntos se fueron a vivir la experiencia de la que hoy aseguran sentirse orgullosos, aunque todavía pesen las piernas o duelan las rodillas.
"Estoy demasiado feliz y agradecida porque pude representar a Costa Rica y llevar al país a una disciplina completamente nueva", comentó Ávila.
La tica de 35 años consiguió un honroso cuarto lugar entre las damas y la posición 15 general. Nunca pensó en renunciar durante la carrera, pese a que incluso previo al inicio le tocó sortear dificultades.
En este caso se trató más de un imprevisto, porque cuando llegó a Canadá y desempacó su bicicleta, esta presentó algunos problemas y los mecánicos del Ultraman no la certificaban, un requisito necesario para competir.
"Pudo ser un momento para desesperarse, pero mantuvimos una actitud tan buena que todo salió perfecto. El ciclo del lugar nos consiguió una bicicleta, la ajustaron a mi tamaño y terminé con una bicicleta mejor a lo que llevaba. Nunca me sentí incómoda, si mi mente lo pensaba, lo iba a sentir, pero escogí sentirme agradecida", explicó.
Jorge Nadal fue el primero que entró a meta de los tres amigos (quinto lugar), después ingresó Ávila y finalmente Feoli, tras su momento de angustia.
La sensación al verse todos con el objetivo cumplido fue una felicidad increíble, describe Nadal.
“Es que se pone tanta energía, tiempo, dinero, entonces todos sabíamos que terminar era lo primero y estábamos temerosos de que alguno no pudiera, pero por dicha todo salió bien”, repasó.
Horas después ya estaban comiendo todo lo que por meses es parte de las restricciones, aunque Ávila asegura que sus verdaderos antojos los cumplirá hasta que regrese a Costa Rica.
Mientras que Feoli y Nadal disfrutaron de una hamburguesa y papas fritas, pero saben que esos "permisos" no acaban ahí.
“He estado comiendo helados y esas cosas. Además, tengo casi un año de no tener una vida social, quiero ver más a mis amistades, a mi familia, irme a bailar, cantar, pasear, irme de viaje... la vida para mí es más que ejercicio. Por ahora hay que descansar”, comentó Feoli.
El Ultraman quedará como un recuerdo inolvidable para estos tres atletas aficionados. Feoli no sabe si lo volvería a hacer, Ávila está convencida que no, pero la razón es que siempre desea probar cosas diferentes, mientras que Nadal tiene un rotundo sí.