El mismo día que la surfista Leilani McGonagle inició el torneo 3000 Drill Hall Beach, en St Michael, Barbados, tuvo que aplicar su último examen del cuatrimestre de la carrera de Comunicación, la cual estudia en línea en la Foothill University, ubicada en California, Estados Unidos.
En esa fecha Leilani no solo avanzó a la segunda ronda del torneo, que más tarde ganó, sino que además finalizó con éxito la materia de Psicología Deportiva, al obtener una nota de 97, demostrando que no solo es aplicada, sino también capaz de soportar la presión y estrés de combinar deporte y estudio.
La oriunda de Pavones, Golfito, es hoy por hoy la mejor surfista costarricense a sus escasos 18 años, no solo por ganar el evento en Barbados que la catapultó al top 20 del ranquin femenino de la World Surf League, con 4.770 puntos, sino además es la máxima medallista individual en los mundiales de la ISA (Asociación Internacional de Surfing), con siete preseas, tres en Open y cuatro en Junior.
Además de sus éxitos deportivos, en los últimos seis años ha tenido que lidiar contra una escoliosis (curvatura anormal de la espina dorsal), la cual le provoca dolor y le dificulta surfear; sin embargo, ella prefirió seguir disfrutando de su disciplina deportiva antes de ingresar al quirófano para una cirugía que le habría sacado de su deporte por al menos dos años.
Carlos Brenes, vocero de la Federación de Surf de Costa Rica y juez en el Circuito Nacional, comentó que desde hace tiempo atrás Leilani estaba destinada a ser la mejor surfista del país, no solo por los triunfos que la avalan, sino además por su dedicación, entrega y coraje para competir.
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“Ella tiene una inteligencia emocional muy alta, sabe trabajar y competir bajo presión. Es una persona que siempre da la milla extra y no porque sus padres se lo exijan, sino porque se preocupa mucho por la disciplina, la alimentación y se exige al máximo”, aseguró Brenes.
Su primera medalla de la ISA la logró en el Mundial Junior de Ecuador, en 2014, donde ganó la presea de plata en la categoría Sub-18 y la medalla de cobre, o cuarto puesto en Sub-16. Ese mismo año, en la Copa Mundial de la ISA en China, alcanzó el tercer lugar.
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En 2015 fue subcampeona Mundial Open en Nicaragua, donde su hermano Noe Mar se coronó campeón. Un año después, en Portugal, se dejó el tercer puesto en el Mundial Junior.
Para el 2017 volvió a subirse al podio en el Mundial Open en Francia donde alcanzó la segunda casilla, mientras que en el Junior en Japón se dejó le bronce. La Macha, como la conocen en el mundo del surf tico, no ha quedado campeona de la ISA, pero es quien mayor cantidad de medallas tiene.
“Competitivamente hablando ella es una guerrera, muere con las botas puestas como dicen. Al crecer y aprender a surfear en Pavones tienen una ola izquierda letal, las cuales casi siempre ejecuta de frente. En los últimos meses aprendió a puntuar alto desde la primera ola, gracias a las indicaciones de su entrenador Jim Hogan, lo que le mete presión a sus rivales, además tiene un gran manejo de la prioridad de las olas para elegir las mejores”, agregó Brenes.
En su currículo, Leilani cuenta con tres triunfos en torneos de la World Surf League (WSL), al conquistar en 2016 un certamen Junior en Barbados. El año anterior se dejó un torneo open de 1.000 puntos en Chile y finalmente triunfó nuevamente en Barbados, gracias a que hay una ola izquierda que ella domina ampliamente.
No obstante, pese a sus grandes triunfos, McGonagle desde los 12 años batalla contra una enfermedad que le ha sacado lágrimas y causado sufrimiento, como es la escoliosis.
Incluso, la surfista tiene una cuenta en Instragram denominada scoli_Surfer/, en la cual alienta a otras chicas a continuar con su vida normal, a pesar de tener esta dolencia, y continuamente comparte fotografías en citas médicas.
El buen momento de Leilani la tiene a las puertas de avanzar al Tour Mundial entre las 10 primeras del WSL, siempre y cuando pueda sumar 10.000 puntos en los próximos cuatro torneos, lo cual prácticamente le estarían asegurando un puesto a Tokio 2020.