Con solo nueve años, ya Keylin Guido sabe lo que es sentarse frente a un tablero, soportar el estrés de una partida de varias horas y entresacar del baúl táctico la mejor estrategia posible.
Keylin empieza a descollar en el ajedrez costarricense, y es la actual campeona nacional en categoría de menos de diez años.
Su dedicación ya le permitió sobresalir más allá de nuestras fronteras, pues en agosto obtuvo el subcampeonato de su categoría en el Centroamericano y del Caribe de este deporte, en El Salvador.
“Fue un viaje muy bonito, me costó mucho el segundo lugar”, indicó Keylin sobre la experiencia.
Y aunque el ajedrez es sinónimo de disciplina y sacrificio en todos quienes lo practican, para Keylin entrenarse es particularmente difícil: tiene que recorrer 80 kilómetros sábados y domingos para llegar de La Alegría de Siquirres al centro de Limón. Ahí recibe cada fin de semana las instrucciones de su entrenador Arturo Arriaga, quien le enseñó a jugar.
Sangre aborigen. A esta pequeña campeona la acompaña siempre su mamá, Casilda Hernández, una indígena de Talamanca que le está enseñando a su hija a hablar la lengua de sus antepasados.
Su papá, Carlos Guido, es un mecánico limonense, y junto a doña Casilda se encargan de atender la familia de cinco hermanos.
Keylin se entrena en el edificio Pasaje Cristal, declarado Patrimonio Histórico y Arquitectónico, donde ella cultiva los sueños de alfil y peón, la ambición de llegar lejos y darle triunfos a su tierra.