Londres.
Ayer las llagas no le molestaban pues lo aliviaron los mensajes de apoyo y admiración que recibió tras terminar la prueba a pesar de las lesiones y cruzar de 48°.
Se le ve sonriente, recuperado...
Sí, bastante recuperado y consciente de lo que pasó, que la competencia se nos fue por un error que estaba fuera de nuestras manos, pero luchamos hasta el final contra la adversidad y terminamos con lo mejor que teníamos. Y agradecido con Dios y el pueblo de Costa Rica que me han dado unas muestras de cariño que jamás en la vida pensé obtener.
Cuéntenos de los mensajes que recibió, llamadas, correos...
Han sido como 2.000 mensajes en Facebook, 500 en correo electrónico, mensajes de muchos países, de Portugal, Brasil, España, Hungría' Gente que vio el triatlón, que vieron que se entregó el máximo, que es parte del espíritu olímpico, de lo que a nosotros en Costa Rica se nos ha enseñado, independientemente de cuál fuera el resultado, cuáles eran las condiciones, había que levantarse y hacer cruzar ese uniforme (por la meta) a como diera lugar.
¿Qué sintió al terminar prueba y darse cuenta del resultado final?
Sinceramente estaba decepcionado, nosotros vinimos por una ubicación, más aún cuando la natación ya nos había demostrado que estábamos en el grupo puntero, con la mejor marca de nuestra vida, con la mejor posición de nuestra vida y todo se fue en una centésima de segundo. En fin, lo que pasó después de la carrera fue sobrevivencia.
Cualquier otro deportista se habría retirado.
Yo lo dije en Costa Rica: era podio o ambulancia y había que terminar, primero para cumplirme a mí como deportista, como persona, a mi entrenador por todos los días de estar ahí encima, a mi familia y a cuatro millones de habitantes y más que vine a representar y que me debo a ellos, a mi bandera y a mi país.
¿Ya encontró consuelo en esas manifestaciones de apoyo que ha recibido?
Me reconforta la idea de saber que más allá de medirnos por medallas, por resultados, por estar en un podio, Costa Rica da un reconocimiento a la entrega, a las ganas de querer terminar, de querer poner nuestro país lo más alto posible. Las personas me lo hicieron saber. Han sido las 20 horas más lindas de mi vida. Yo no puedo pedir más, soy el atleta olímpico más feliz de esta villa y no llevo una medalla a casa.
Hay gente en Costa Rica que le dice héroe sin medalla. ¿Se siente un héroe?
No, no me siento héroe, fui representante de una característica que yo en lo personal considero que muchos ticos tenemos: al momento en que nos presionan al máximo, en el momento que soñamos en grande, creo que no solo Leonardo Chacón se habría levantado de esa bicicleta, sino muchísimos en Costa Rica y me da orgullo haberlos representado de esa forma, ese espíritu de competitividad que tenemos muchos ticos.
Imagino que aunque el cuerpo no da, el ánimo lo tiene como para correr un triatlón hoy.
Sí, sí. A mí me gustaría tener la revancha hoy mismo, mañana mismo, por dos situaciones, porque el ánimo está ahí, a tope, y también por la forma física, que es algo muy difícil de llegar a tener.
¿Se considera un ejemplo para los ticos?
Yo quisiera que esto fuera un ejemplo, sí, que antes de que digan que Leo es una persona famosa, prefiero que digan ‘ese muchacho se pudo levantar y quiso terminar a como diera lugar’ y que esto se convierta en una práctica no solo en el deporte sino en todas las actividades que hacemos, nunca dejarnos vencer por las adversidades. Y también que cale en que venir aquí a cumplir a veces es venir a entregarlo todo, nos enfrentamos a los mejores del mundo. Que lo importante es llegar y hacerlo bien.
¿Para qué cree que hubiera estado ayer?
Pensar o decir dónde podíamos estar puede ser irreal, pero en un buen día nos hubiera alcanzado para entre el octavo al 15. Pero no se cumplió y Leo ahorita no es ni ocho ni 15, es 48.