El caso de la nadadora estadounidense Lia Thomas, quien se convirtió en la primera transgénero en ganar la División I de la NCAA (en 500 yardas), reabrió un debate sobre la participación de personas transgénero en el deporte: ¿existe ventaja sobre las demás atletas? Esa es la pregunta que la mayoría se hace y desde el punto de vista médico y científico hay respuestas. En Costa Rica, el médico especialista en endrocrinología Cristofer Mora y el fisiólogo deportivo Roberto Solano explican, desde su área, qué sucede en estos casos.
Cuando un hombre hace transición a mujer transgénero es sometida a un tratamiento hormonal que consiste en bloquear la testosterona (hormona masculina), lo cual provoca que se eliminen, poco a poco, rasgos que ocurren en el cuerpo. Estos no se pueden eliminar del todo, aclara Mora; por ejemplo, la estructura ósea. En cambio, la musculatura sí se transforma.
Thomas se sometió a este tratamiento al menos durante un año antes de competir en la categoría femenina de natación. Ese tiempo, explica Mora, es suficiente para que se produzcan los principales cambios. Y aunque hay pacientes más sensibles que otros, la mayoría van a tener las variantes suficientes para que puedan ver los resultados que desean.
“Decir que a una mujer tránsgénero le proporciona mayor ventaja haber sido hombre previamente no es cierto, porque estamos luchando contra esa testosterona que tenía la paciente, y además le estamos dando hormonas femeninas, entonces esto acelera el cambio en la composición corporal y tenemos un cambio hacia una figura más femenina. Y sí, hay cambios que no se pueden revertir, por ejemplo la voz, la estructura ósea o los testículos, a no ser que se sometan a una cirugía, pero sí va a haber cambios para que tenga una fisiología más femenina”, explica el especialista.
Por eso, señala, es erróneo cuando la gente habla de desigualdad competitiva, siempre y cuando ya haya pasado el proceso hormonal, como al que se sometió Thomas. Pero, añade, si la nadadora sigue haciendo pesas o actividad cardiovascular de la misma forma que antes, la masa muscular se puede mantener, aunque esto no significa una ventaja diferente a la que tendrían otras mujeres porque los “principales cambios ya ocurrieron”.
“El tratamiento hormonal lo que hace es bloquear los efectos del ADN, por así decirlo, porque al final de cuentas los efectos físicos que usted está viendo dependen de sus hormonas. Por ejemplo, alguien puede nacer como mujer XX (cromosomas) y desde el principio le empiezan a dar testosterona, al final del crecimiento va a verse como un hombre XY. ¿Qué significa? Le dimos al cuerpo un tratamiento hormonal que bloqueó el efecto esperado del ADN, por decirlo en términos muy sencillos. Pero no es como que el ADN va a ser el determinante en cuestiones hormonales. Si uno logra bloquear los efectos de las hormonas propias del o la paciente, se va a manifestar lo contrario”.
Características irreversibles
En contraparte, desde el punto de vista de los cambios fisiológicos hay opiniones diferentes, porque aunque la parte hormonal cambia con el tratamiento hormonal, hay adaptaciones que difícilmente lo hagan, explica Roberto Solano, fisiólogo deportivo y experto en rendimiento deportivo. De acuerdo a su explicación, durante los años que Thomas entrenó con características hormonales masculinas, obtuvo características relacionadas con el fenotipo (físicas, bioquímicas o del comportamiento) que no van a variar tan fácilmente.
“Hay muchas adaptaciones fenotípicas que no van a retroceder al nivel inicial o pueden pasar décadas para que las pierda si no entrenara, pero la realidad es que sigue entrenando igual que como lo hacía antes, entonces tiene una ventaja fenotípica por haber tenido el cuerpo de un hombre durante muchos años. Cuenta con adaptaciones fisiológicas de haber entrenado como hombre”.
Esas adaptaciones, añade, quedan, probablemente no de la misma forma, pero sí lo suficiente como para que supere a todas las mujeres. Porque si esto hubiera cambiado drásticamente, sus posiciones en la rama femenina serían similares a la masculina. Diferente hubiera sido si Thomas no hubiera practicado la natación antes de someterse al proceso hormonal.
Científico coincide
La apreciación de Solano concuerda con la de Ross Ducker, doctor en fisiología del ejercicio y científico del deporte, quien en su cuenta de Twitter ha seguido el caso de Thomas, incluso antes de que ganara la prueba de 500 yardas en la división I de la NCAA.
“El resultado de Lia Thomas de anoche (17 de marzo) es bastante sencillo: la confirmación de la hipótesis. Basado en la fisiología, era predecible que un atleta masculino con suficiente nivel de entrenamiento de base suprimiría la testosterona, y mantendría suficiente ventaja fisiológica y por lo tanto el rendimiento para ganar”.
Pero aunque Thomas arrasó en las 500 yardas, los resultados posteriores no fueron como muchos previeron. Concluyó en quinto lugar la final de las 200 yardas libres (183 metros), mientras en las 100 yardas (91 metros) terminó en el último lugar en la final, con 48.18 segundos, más de dos segundos detrás de la ganadora Gretchen Walsh, que tocó la pared en 46.05.
“Las predicciones de que rompería los récords nacionales y destruiría al resto en el último fin de semana de su carrera universitaria después de nadar tres años para los hombres de Penn, nunca se hicieron realidad. Incluso su tiempo en la victoria del jueves en los 500 se quedó a nueve segundos del récord de 2017 de Katie Ledecky”, reseñó el Washington Post.
En medio de la discusión global en el deporte sobre la participación de atletas transgénero, el organismo rector de la natación en Estados Unidos, USA Swimming, dio a conocer el mes pasado nuevas directrices que incluyen un umbral más estricto de niveles de testosterona. También pediría determinados niveles hormonales, constantes, durante los tres años previos a cada comptencia.
La NCAA, el organismo que gobierna el deporte universitario nacional, anunció posteriormente que esas normas no se aplicarían a sus campeonatos, alegando que tendría “impactos injustos y potencialmente perjudiciales” para los atletas que se preparan para la competición.
Lia Thomas inició su transición en mayo de 2019 con un tratamiento hormonal.