Es imposible no asociarlas debido a su gran parecido físico, su estatura e incluso el estilo de boxeo, pero Naomy Valle Álvarez tiene muy claro que en el mundo del pugilismo ella desea forjarse su propio camino, lejos de las comparaciones y dejar de ser la hermanita menor de Yokasta.
La menor de la dinastía Valle Álvarez debutó con éxito el viernes como boxeadora profesional, al derrotar por nocaut técnico a la nicaragüense Heidi Fernández, en un combate pactado en las 105 libras con su hermana Yokasta girando instrucciones y alentándola a darlo todo en la reyerta, que se realizó en el Gimnasio BN Arena de Hatillo 2.
Para la joven de 17 años la adrenalina de subir al cuadrilátero y ganar fue indescriptible y agradeció el apoyo de los aficionados, pero su deseo es que la conozcan por su pegada, su estilizada técnica y su coraje y no solo por el parentesco con su famosa hermana, quien es la actual campeona mundial de la Federación Internacional de Boxeo de las 105 libras.
“Mucha gente ya nos compara y me preguntan en qué soy mejor que Yokasta, pero la verdad a mí no me gustan esas palabras. Soy Naomy, somos dos personas diferentes. Es cierto que ella me ha dado las herramientas para surgir en el boxeo, pero yo quiero forjarme mi propio nombre. Creo que cada una tiene lo suyo”, explicó Valle.
“Yoka es Yoka. Es cierto que ella es mi inspiración y mi gran motivación para boxear. Nos queremos mucho, pero es claro que mi deseo es surgir y darme a conocer por mis propios méritos. Es un gran reto, pero sé que puedo lograrlo con la ayuda de mi manager Mario Vega y por supuesto de Yoka, quien es mi hermana y entrenadora”, agregó.
El año anterior Naomy se alejó del boxeo a pedido de su madre Azucena Álvarez, quien le solicitó concentrarse en terminar la secundaria, objetivo que logró el año anterior e inmediatamente decidió volver a los entrenamientos para su deseado debut.
“Ese tiempo me dio oportunidad de pensar y madurar en lo que realmente quiero. Lo que yo quiero es boxear. Lo estoy dando todo y esforzándome por lo que deseo. Es necesario estar muy concentrada, tener mucha disciplina y dejar atrás las cosas pasajeras que al final no llevan a nada”, dijo Valle.
“Puedo decir que quiero ser campeona mundial, pero si estoy sentada, comiendo en un sillón, nunca lo voy a lograr. Se requiere tener constancia para alcanzar las metas y para eso estoy trabajando con el equipo que me apoya y me brinda todas las oportunidades”, aseguró.
El debut
La joven boxeadora no puede ocultar que antes de subir al ring sentía presión, ansiedad y estaba nerviosa, pero tenía mucha seguridad de poder hacer bien las cosas por la preparación que había tenido en los últimos meses.
“Estaba muy tensa, pero al subir al ring todo se me quitó. Solo éramos ella y yo y tenía confianza de hacer una buena pelea. Ahora estoy muy emocionada por el resultado, muy feliz y agradezco a todas aquellas personas que llegaron a ver mi pelea”, comentó Valle.
“En el camerino, antes de salir Yoka me insistía que tuviera confianza, que yo era buena, la mejor. Que tenía condiciones, que recordara que yo hacía sparring, con ella, con una campeona mundial y que le cuesta pegarme por como me muevo y que estaba preparada para pelear contra mi oponente”, añadió.
Sobre su adversaria, Naomy confesó que hubo actitudes que le sorprendieron, como el hecho que bajara los brazos y la retara, pero nunca cayó en su juego y siempre intentó imponerse con su boxeo.
“Me extrañó lo poco profesional que fue cuando bajó los brazos y me retaba a que le pegara. Ella hacía esas cosas y yo solo estaba concentrada en la pelea. Siempre traté de mantenerme centrada, con mucha calma porque mi rival siempre intentó desconcentrarme. Era lo que Heidi andaba buscando”, explicó Valle.
En esos momentos escuchaba a Yoka que me pedía que mantuviera la distancia, que subiera los brazos, que mantuviera la guardia. Le hice caso y al final ganamos que era mi objetivo. Ahora a esperar nuevas peleas y a seguir entrenando duro”, subrayó.