“Cuando Naomy era pequeña lloraba mucho. Como mi mamá tenía que trabajar, a mí me tocaba cuidarla y hacerle de comer. Desde aquellos días siempre le he cocinado de todo a mi hermanita”, recuerda Yokasta Valle con su característica sonrisa.
La campeona del mundo de las 105 libras de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) no pensaba que su hermana se iba a dedicar al boxeo y más aún porque en los primeros entrenamientos la golpeó fuerte en el abdomen y se puso a llorar, algo que conmovió a Yoka, quien nunca se imaginó que finalmente tomaría la decisión de ser pugilista.
Yokasta, este viernes 25 de febrero, subirá al cuadrilátero con Naomy, quien a sus 17 años debutará como boxeadora profesional, cuando enfrente a la nicaragïuense Heidi Fernández, en un combate pactado por las 105 libras, en el Gimnasio BN Arena, en Hatillo, a las 7:30 p. m., cumpliendo un sueño que pensaba no se iba a realizar.
“Cuando empecé a boxear, Naomy iba a los combates y se emocionaba y gritaba mucho. En mis adentros yo quería que también fuera boxeadora, pero ella practicaba gimnasia, porrismo y hasta fútbol, pero no boxeaba”, comentó Yokasta.
“Un día me dijo que quería probar en el boxeo y fue a entrenar. La verdad me puse muy contenta porque era lo que yo anhelaba, pero nunca la presioné o la obligué, más bien traté de animarla para que se motivara, porque es claro que este deporte es de mucho sacrificio y disciplina y como era muy pequeña tenía que asimilarlo”.
La monarca de la FIB recordó que un punto inflexible en la carrera de Naomy fue, precisamente, el día que se puso a llorar cuando la golpeó mientras hacía sparring.
“Le saqué el aire de un golpe en el abdomen y lloró. La dejé por un instante, pero ella mostró que tenía coraje: se limpió las lágrimas y muy valiente se levantó y siguió entrenando. Allí me mostró carácter y fuerza y me di cuenta que no tenía miedo. Eso me llenó de tranquilidad”, dijo Valle.
No obstante, para no presionarla, Yokasta siempre chinea a su hermana menor, para que mantenga las ganas de entrenar y la disciplina, tan importante en el box.
“Antes cuando salíamos a correr yo le decía que al terminar íbamos a comer el desayuno que ella quería. O bien cuando estamos en casa yo le preparo los huevos como a ella le gustan y es una manera que se sienta motivada, con deseos de entrenar”, confesó Valle.
Hermana celosa
Yokasta explicó que siempre busca aconsejar a su hermana, sin regañarla ni que se sienta mal y se ven como amigas que se cuentan todo, hasta “temas tan sensibles” como los noviazgos.
“Nos gusta sentarnos a ver programas de boxeo, combates legendarios de donde podemos aprender mucho. También ver películas e ir de compras. Incluso intercambiamos la ropa la cual es muy bonito, porque nos llevamos muy bien y eso es parte de ser hermanas. Ella ama a su perrito Toby”, narró Valle.
“En cuanto a los novios soy celosa, no la regaño como una mamá, pero sí le doy consejos del porqué le conviene o no le conviene un muchacho. A más de un pretendiente le he corrido, porque no tiene disciplina, no estudia o no le conviene y la puede afectar en su concentración. Ella lo entiende y me hace caso”, dijo Valle.
Por su parte, su manager, Mario Vega, indicó que Naomy es muy inteligente y capaz, por lo que está seguro que no solo triunfará en el deporte sino en el ámbito profesional.
“Ella terminó el quinto año y ahora desea estudiar inglés. En lo personal me parece que puede estudiar más adelante Administración de Empresas, porque muy rápido capta lo que se le enseña y pone mucha atención, lo cual nos llena de mucha tranquilidad porque es muy seria en lo que hace”, dijo Vega.
“En estos dos últimos años ella recibió clases de forma virtual y yo le ayudé con Matemática, Estudios Sociales e Inglés, porque entrenaba y recibía clases en el gimnasio y muy rápido lo entendía todo. Demostró su gran compromiso con nuestro equipo y eso es difícil en una atleta tan joven”, añadió.
El manager comentó que el año pasado Naomy pidió un tiempo para alejarse del boxeo para estudiar y concentrarse en el último año de secundaria, sabiendo que mucho de su futuro estaba en juego.
“Le dimos el espacio que nos pidió. Fue la mejor decisión que tomó, porque si no iba a entrenar y tener la dedicación que se les exige, era mejor que se hiciera a un lado. Nunca se le presionó a volver, sin embargo ella una vez que pasó por esa etapa se incorporó al equipo y ahora está a pocas horas de debutar como profesional”, subrayó Vega.