La vida útil de la piscina María del Milagro París, en La Sabana, ya acabó, pero todavía es indispensable para hacer competiciones oficiales. Al reducto, construido a finales de los 70′s, se le hacen remiendos constantes para evitar lo evidente: se debe fabricar una nueva.
En el 2014, un estudio elaborado por la Universidad de Costa Rica (UCR) determinó que tenía fallos estructurales y sistemas electromecánicos obsoletos, pero fue a inicios de este año, en una reunión del Consejo de Deportes, que volvió a saltar el tema a la vista.
Las actas del Consejo, de las que tiene copia La Nación, reflejan cómo la ingeniera del Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder), Marielos González, le recomienda a sus miembros no utilizar más la piscina, pues en las condiciones actuales, se puede atentar contra la salud física de los deportistas.
"Carencia de filtrado, fugas en el sistema de tubería del sistema de bombeo, lo que no permite cumplir con los parámetros establecidos por el Ministerio de Salud en cuando a la calidad del agua de las piscinas", citan las actas del Icoder del 16 de enero del 2019.
En los documentos, la ingeniera recomienda no gastar más dinero en reparaciones. Las soluciones inmediatas serían paliativas y habría que invertir cerca de ¢100 millones; se arreglaría el problema en el corto plazo, pero en el mediano volverían los fallos en los sistemas, a causa del deteriorado estado en que se encuentra.
Al mismo tiempo, González sugiere que se construya otra piscina; lo mencionado en las actas por la especialista no es nada nuevo. Fue en el anterior gobierno que la ministra de Deportes, Carolina Mauri, planteó el desarrollo del afamado ‘Centro Acuático’, que pretendía fuese uno de los proyectos estrella de su administración.
El diseño establecido generó enormes anticuerpos entre los distintos actores involucrados. Inicialmente, la ministra plasmó la idea de elaborar una obra de más de $20 millones en una infraestructura de primer mundo, pero los detractores del proyecto consideraron que en el largo plazo sería imposible de mantener.
Se trabajó cuatro años en este acuatorio, pero nunca llegó a nacer. Más allá de sus pros y contras, la coincidencia alrededor del tema es que las piscinas se necesitan.
Con la llegada de Hernán Solano al Ministerio del Deporte se frenó la construcción del proyecto y no se planteó nada nuevo, aunque el dirigente prometió, en entrevista con este medio, que antes de que finalice su gestión habrá una piscina en La Sabana.
A hoy, el reducto María del Milagro París continúa como siempre, sosteniéndose con parches y altos costos en reparaciones, a la espera de la tan prometida nueva obra.
El presidente de la Federación de Deportes Acuáticos, Ángel Herrera, asistió a la reunión del Consejo para sugerir otra solución, algo más práctica y casi urgente: que la piscina se quedara, momentáneamente, solo para el uso de los atletas en torneos oficiales.
Básicamente, se hacen algunos arreglos mínimos en los sistemas de bombeo que evitan los riesgos en la salud y al menos se pueden calendarizar los 15 torneos de deportes acuáticos que se distribuyeron durante el año y que, se daba por un hecho, se harían en La Sabana.
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Ya no sucedió así del todo. Hubo que cambiar un evento de waterpolo y otro de natación a otras sedes del país, hasta que los nuevos arreglos queden listos.
En Costa Rica hay pocas piscinas de 50 metros y la María del Milagro París es la única que cumple con algunos parámetros básicos para organizar torneos: tiene una excelente ubicación (La Sabana), lo que permite que los atletas de las costas viajen a un punto intermedio.
Por ejemplo, en Nicoya hay otro inmueble, pero complicaría el traslado de aquellos deportistas que provienen de zonas como Uvita o Limón; en Alajuela también hay piscina, pero el espacio para espectadores es menor.
También influyen otros factores como la comodidad en los espacios exteriores para los nadadores, la gradería, que permite la asistencia de casi 500 personas, y la altitud.
Herrera cree que el costo de una nueva piscina de 50 metros que tenga calentador para el agua (el agua fría afecta los tiempos de los nadadores) y techo ronda los ¢800 millones, una cifra muy inferior a la planteada inicialmente para crear el Centro Acuático.
"No veo difícil hacer una nueva piscina, lo que veo es falta de voluntad", explicó Herrera.
El dirigente espera que el nuevo arreglo esté listo antes de la eliminatoria de Juegos Nacionales, a la que asisten cerca de 1.500 personas entre atletas y familiares.
Insiste en que de no ser así, habría que cancelar la fase clasificatoria del evento.
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Hernán Solano: “Al final de mi gestión estará la piscina nueva"
El Ministro de Deportes, Hernán Solano, aseguró que antes de que finalice su gestión, habrá una piscina nueva en La Sabana. Luego de oponerse a la construcción del Centro Acuático a causa de los altos costos de la obra, el dirigente no propuso ningún otro proyecto para solventar las limitantes de la natación.
Consultado al respecto, Solano prometió que se hará un inmueble nuevo. Al día de hoy, no hay ningún proyecto serio de este tipo que se lleve a cabo en el Icoder.
Otra vez hay problemas con la piscina María del Milagro París, según reflejan las actas del Consejo de Deportes. ¿Qué valoración tiene de este tema, ya recurrente?
“Vamos por partes. Mientras se trabaja para hacer la piscina nueva, la idea es que pueda hacerse un arreglo paliativo que sirva para que la Federación haga competencias. Para hacerlo, el Icoder tiene que hacer una serie de ajustes de uso de cloro y filtraciones en función de los requerimientos, y esto se hará únicamente para las competencias”.
Esta piscina viene mal desde hace rato. ¿Qué piensa que se debe hacer?
"Nosotros tomamos la decisión de que hay cambiarla. Difícilmente se puede hacer una obra de infraestructura en pocos meses, pero ya se tienen algunos estudios realizados".
¿Se podrá construir la piscina para este año?
"Difícilmente. En la administración pública hay una serie de procesos que se tienen que cumplir, hay que hacer una licitación pública. No es como en el sector privado, hay que cumplir con una serie de procedimientos".
¿Por qué ha costado tanto construir una piscina, cuando se sabe que la que está hace rato no funciona como tiene que ser?
“No podría contestarle. No fui yo el que estuve en los últimos años. Lo que puedo decir es que yo no estaba de acuerdo en hacer un centro de alto costo como el que estaba planteado. Se va a redimensionar para tener la piscina. A eso es que vamos”.
¿Para cuándo estará esa piscina? Porque es habitual que se prometan cosas, pero al final no se concretan.
“Al final de mi gestión estará la piscina nueva”.