Si le gusta visitar el Estadio Nacional, lo invito a imaginar el siguiente escenario: Al ingresar al reducto de La Sabana, una aplicación lo guiará hasta su asiento, sin perderse, y luego le mostrará las repeticiones del partido.
Si a mitad del juego le dio hambre, elija su plato favorito entre un amplio menú de comidas, a menor costo de lo habitual, y espere a que un repartidor se la entregue en su silla. O, si lo prefiere, recoja la orden en uno de los puntos establecidos.
Puede olvidar las entradas físicas y simplemente enseñar su Smartphone; con un código QR podrá ingresar sin problema al inmueble y tener conexión total para tomarse las fotografías que desee y enviárselas a sus amigos.
Un proyecto impulsado por la administración del inmueble, a cargo del fideicomiso 1065 del Banco Nacional, pretende que el país tenga el primer estadio inteligente de la región.
Pero, ¿qué se necesita para tener un estadio inteligente? El desarrollo de este proyecto contempla dos etapas:
1. Suministrar de conectividad total al reducto, de manera en que se incremente la banda ancha y alcance la velocidad de internet para todos los aficionados y clientes.
La administración le podría vender la conectividad a los productores de eventos, que en este momento adquieren servicios externos.
2. Desarrollar una app con múltiples funcionalidades, que cubra tanto las necesidades más básicas, como la compra de entradas y el código QR para acceder al estadio a través de un Smartphone, hasta servicios más específicos, como venta de productos.
El presidente de la junta administradora del Estadio Nacional, Juan Carlos Crespo, explicó que después de tener conectividad, las posibilidades son infinitas.
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Ejemplos. El estadio de los 49ers de San Francisco es, en la actualidad, el más conectado del mundo. Tiene alrededor de 1.200 puntos de wifi gratuito e incorpora repeticiones automáticas de jugadas en tiempo real.
También se puede comprar la alimentación a través de la app.
Incluso, fue el tema de las comidas y las constantes quejas por el mal servicio lo que llevó a la junta administradora del Estadio Nacional a investigar y a evaluar todas las posibilidades para brindar una mejoría.
Lo que sucede es que este tipo de negocio suele tener múltiples intermediarios. Es decir, el estadio le vende el derecho a un proveedor de comida, y este puede venderlo hasta tres veces más caro a otros proveedores.
"El objetivo es mejorar el servicio y bajar el precio y en caso de que se mantenga el costo, al menos se ofrezca un mejor servicio y más variedad", explicó Crespo.
A pesar de que la pandemia disminuyó la velocidad en los avances del proyecto, en este momento hay estudios, planos y costos de inversión definidos.
En total, la inversión ronda entre los $500.000 y los $600.000.
La coyuntura actual retrasó la planeación inicial, pues se pensaba que para el mes de agosto ya se podrían implementar las primeras fases de la conectividad.
Sin embargo, la administración del Estadio pasó de recibir ₡1.200 millones por año, a bajar sustancialmente sus ingresos, pues no se pueden realizar eventos masivos.
Crespo explicó que la idea es buscar socios estratégico para desarrollar una App en conjunto, con un modelo que reparta las ganancias en la venta de productos.
“Nuestra primer idea es tener conectividad para los productores de eventos en una primera fase, en segunda fase para los clientes, y en una tercera fase empezamos a desarrollar la app para comercializar productos”, concluyó Crespo.