
Shiavone, decimoséptima sembrada, desplegó un tenis de sorprendente solidez para barrer por 6-4 y 7-6 (7-2) a Stosur, sétima favorita y semifinalista el año pasado, en una hora y 38 minutos.
Tras el punto final, la italiana se dejó caer sobre la cancha y volvió a darle un beso a la arcilla, como había hecho en cuartos de final y en semifinales.
Schiavone, que saltará el lunes al puesto seis del ránquin, recibió el trofeo de manos de la excampeona Mary Pierce y, dirigiéndose a su público en italiano, dijo: “Están en mi corazón, sin su apoyo no estaría donde estoy ni habría hecho lo que hice”.
Luego atendió una llamada del presidente italiano, Giorgio Napolitano, quien la felicitó.
“Esto significa que todo el mundo tiene la oportunidad de ser quien realmente quiere ser y de hacer cualquier cosa en la vida”, añadió la campeona tras el juego. Hasta ahora el mejor resultado logrado en Roland Garros por una italiana eran las semifinales de Silvia Lazzarino en 1954.
Schiavone encaminó el triunfo con el primer quiebre del partido para ponerse 5-4 y cerrar el
En el segundo llegó a estar 4-1 en desventaja, pero ganó tres
Cuando se le preguntó si en Italia la estarían esperando miles de personas para celebrar el título, respondió: “Quiero ir a casa con mamá y papá”.
“Siempre soñé con esto, siempre creí en mí”, dijo la ganadora. “No se trata del trofeo o el torneo, sino que tener fe fue la clave de todo”.
Hoy se jugará la jornada definitiva del torneo, con la final masculina entre el español Rafael Nadal y el sueco Robin Soderling.