Después de su emotiva victoria en el debut, Serena Williams afrontó el miércoles una prueba mayor ante Anett Kontaveit, la número dos mundial, en el Abierto de Estados Unidos, en el que podía ser el cierre a su legendaria carrera.
Serena, de 40 años, había vivido el lunes una noche de tributos en Flushing Meadows (Nueva York), con aficionados y celebridades abarrotando la mayor cancha del mundo para celebrar al gran ícono del tenis estadounidense.
Luciendo un vestido oscuro con incrustaciones de diamantes, Serena respondió al homenaje con una emocionante victoria en dos sets frente a Danka Kovinic, 80 de la WTA.
La montenegrina, sin títulos en su palmarés, tuvo el papel de invitada a una fiesta que no fue de despedida porque Serena sacó la garra con la que conquistó 23 coronas de Grand Slam.
Tras el partido, Serena volvió a confirmar que su final deportivo está cerca pero dejó en el aire si dirá adiós en Nueva York.
“Cuantos más torneos juego, más siento que pertenezco a esto. Es una sensación dura irse sabiendo que cuanto más lo haces, más puedes brillar”, reconoció. “Pero es el momento de evolucionar hacia lo siguiente, hay muchas otras cosas que quiero hacer”.
Antes de abrir esa nueva etapa, que ella misma bautizó como “Serena 2.0″, la estadounidense intentó disfrutar de otra noche mágica en la pista Arthur Ashe frente a Kontaveit. Y lo hizo.
Empujada por cada uno de los aficionados, todos en ovación, la veterana ganó el tie-break del primer set. Aunque venida a menos en el segundo, con un 2-6 adverso que hacía temer el final de sus días, Serena tuvo la fortaleza mental para sobreponerse y el parcial definitivo se impuso 6-2.
Mejor tarde que nunca
Adelantándose a la gran presión ambiental que iba a afrontar, Kontaveit había dejado claro que aceptaba el desafío de, quizás, ser la última rival de Williams.
“Tengo muchas ganas (de jugar contra Serena). Tenía muchas ganas de que ganara (el lunes) porque nunca he jugado contra ella. Y esta es mi última oportunidad. Más vale tarde que nunca”, aseguró Kontaveit tras batir a la rumana Jaqueline Cristian (77) en dos sets.
La estonia, una tenista sólida pero con un historial de sinsabores en los Grand Slam, esperaba no sentirse intimidada por enfrentar a “la mejor jugadora de todos los tiempos” empujada por los 23.800 aficionados que colmarían la pista Arthur Ashe.
En siete presencias en Nueva York, Kontaveit no ha superado los octavos de un US Open, torneo que Serena ha ganado en seis ocasiones, la primera cuando se dio a conocer al mundo en 1999 a los 19 años.
En total, la menor de las hermanas Williams posee 73 títulos de la WTA. A un mes de cumplir 41 años, lució su mejor forma desde su reciente vuelta a la competición tras un año de inactividad.