Río de Janeiro. AP. La gran estrella de la gimnasia internacional, la estadounidense Simone Biles, conquistó ayer el oro del concurso general individual y sumó el segundo título de su debut olímpico en Río. Dio así otra exhibición en una final que siempre llevó el nombre de la tricampeona mundial.
Dos puntos por detrás quedó su compañera de equipo, Alexandra Raisman, mientras que el bronce fue para la rusa Aliya Mustafina, quien retuvo la tercera plaza obtenida en Londres.
Biles, de 19 años, sigue a toda velocidad por su autopista dorada hacia el récord de convertirse en la primera gimnasta de la historia que se va de unos mismos juegos con cinco de los seis títulos posibles. Esta vez no hubo suspenso en lo que era un oro anunciado, pero sí un final apoteósico, con Biles volando de nuevo sobre el tapiz a ritmo de samba.
Biles, con sus 19 años, 1,45 metros y 47 kilos, ha revolucionado el mundo de la gimnasia artística.
"Me pregunto si mi madre biológica se arrepiente"
Biles tenía sólo tres años cuando los servicios sociales de Columbus, Ohio, tuvieron que intervenir para rescatar a cuatro hijos de Shanon Biles, que estaba inmersa en la droga y el alcoholismo. Las autoridades quitaron a la madre la custodia de sus niños.
El padre de Shanon, Ronald Biles y su segunda mujer, Nellie, se quedaron con las niñas menores, Simone y Adria.
Los hermanos mayores fueron a vivir con la hermana de Ronald.
Los abuelos de Simone adoptaron posteriormente a las niñas y es a Nellie a quien llama "mamá".
La gimnasta sigue en contacto con su madre biológica y es capaz de hablar hoy en forma distendida de su infancia.
"Cuando era más pequeña me preguntaba qué habría sido de mi vida si no hubiese pasado nada de esto. A veces todavía me pregunto si mi madre biológica se arrepiente y querría haber hecho las cosas de manera diferente, pero evito plantearme estas preguntas porque no las tengo que responder yo", dijo la gimnasta a medios estadounidenses.