“Lo que más le admiro a Steven es que no importaba lo que había hecho durante el día; aunque estuviera cansado, después de una larga jornada en el colegio, siempre me decía que tenía que ir a entrenar. Nada lo detenía. Me insistía en que si quería estar entre los mejores, no podía dejar de entrenarse”.
Así recuerda Flory Chinchilla Gómez a su hijo, el paratenismesista Steven Román Chinchilla, quien este martes se convertirá en el primer costarricense en competir en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, cuando debute a las 8 p. m. hora costarricense.
A sus 18 años el sancarleño participará en el tenis de mesa, superando su condición especial tras nacer con hemiparesia, enfermedad que afecta el funcionamiento de un lado del cuerpo, en su caso el izquierdo.
“Siempre fue incansable, muy comprometido. Nunca lo escuché quejarse o sin deseos de ir a entrenar. Por el contrario, daba el máximo y era inspirador los deseos de superación que tenía. Ese esfuerzo, esa dedicación lo llevaron a cumplir sus metas de estar en unos Juegos Paralímpicos como lo había soñado cuando era niño”, recordó Chinchilla.
La orgullosa madre recuerda que ella nunca practicó deporte, pero le encantaba ver los Juegos Olímpicos por la televisión, le entusiasmaba observar tenis y voleibol junto a Steven, quien poco a poco también se fue visualizando en las justas, más aún porque ya practicaba tenis de mesa.
LEA MÁS: Sherman Guity: el atleta que perseveró, a pesar del dolor, por cumplir una promesa
“A los 9 años empezó a practicar el tenis de mesa. Fue al Comité de Deportes de San Carlos y observó a los otros chiquitos. Le gustó, mostró habilidad y los profesores dijeron que lo hacía bien. Una semana después estábamos en San José en su primer torneo”, confesó Chinchilla.
“Cuando tenía 10 años me dijo que quería ir a los Juegos Olímpicos, que deseaba representar al país. Le expliqué que debía tener mucha dedicación y esforzarse mucho, pero para él no hubo obstáculos, por el contrario, la gente que lo conoció en la escuela y el colegio siempre lo apoyó y para él fue importante”.
Superar los límites. Era claro que aquel camino estuvo lleno de sinsabores, como la primera vez que salió del país y perdió todas sus partidas, experiencia que lejos de desmotivarlo, lo llevó a entrenar más fuerte.
Luego de superar sus propios límites, en 2019, en los Juegos Parapamericanos en Lima, Perú, ganó la medalla de oro en la categoría individual.
“Creo que lo más importante es que las personas que lo conocen lo han apoyado. Nunca me ha dicho que alguien lo ha ofendido o le ha dicho cosas feas por su condición. Por el contrario, desde que estaba en la escuela y el colegio las personas le han motivado a seguir”, agradeció Chinchilla.
La pandemia de la covid-19 también puso a trastabillar su meta de llegar a los Paralímpicos de Tokio, cuando las justas se vieron suspendidos en 2020 e incluso tuvo que devolverse de España, donde estaba entrenando y donde tenía previsto estar tres meses, pero al final solo permaneció cerca de 45 días.
“Mi hijo es muy introvertido, siempre está pensando en entrenar, en mejorar y ve su deporte como todo un profesional, se cuida la alimentación, no es de fiestas, ni de trasnochar. Lo que más le gusta es entrenar, mejorar en todos los aspectos de su vida y a base de constancia, todo lo que se la propuesto lo ha logrado”, enfatizó su madre.
El vecino de la urbanización Villa Real, en Ciudad Quesada, estudiante de Ingeniería Civil, comparte sus triunfos junto a su mamá Flory Chinchilla Gómez, su padre Gonzalo Rodríguez Salas y su hermano Matthew, quienes son sus más fervientes seguidores.
“Siempre ha estado metido en el deporte. Su perseverancia lo llevó a alcanzar su deseo de estar en unos Juegos Paralímpicos. Desde que era pequeño sus entrenadores Domingo Argüello y Giovanni Rodríguez le han ayudado mucho y le inspiraron a alcanzar sus metas. Hoy toda su familia está muy orgullosa de verlo en unos Juegos Paralímpicos, tal y como lo quería desde niño”, manifestó Chinchilla.
En Breve
Steven Román Chinchilla.
Edad: 18 años.
Disciplina: Tenis de mesa.
Categoría: Clase 8, atletas con una discapacidad en su caso, tanto en el brazo como en la pierna izquierda.
Debut. El 24 de agosto a las 8 p. m. hora costarricense.