Representar al país como seleccionado nacional, competir en un mundial y darle una medalla a Costa Rica, fueron por mucho tiempo los sueños de Roy Calderón, quien el pasado 14 de marzo cumplió todos esos anhelos al conquistar la presea de plata en el Mundial de Surf Adaptado en La Jolla, California, Estados Unidos.
Con una tabla prestada, Roy corrió las olas para lograr el subcampeonato del mundo en la categoría PS V2, es decir surfeadores con impedimento visual. El atleta quien perdió su vista en el ojo izquierdo, luego de un tratamiento infructuoso por más de dos años, tenía 14 meses desde su regreso a la competencia.
Sin embargo, 36 días después de su hazaña, uno de los mejores días de su vida, toda esa alegría y orgulloso se transformó en preocupación y un sinsabor muy grande, al quedarse sin su trabajo debido a la pandemia del coronavirus covid-19.
El oriundo de Artola de Sardinal en Carrillo, Guanacaste, hace cinco años laboraba como salonero en un hotel en Guanacaste, pero debido a la crisis de turismo fue despedido. Ahora recibe ayuda de sus familiares y vive de unos ahorros.
No obstante, al igual que todo en su vida, el surfista nacional aprendió a lidiar con los inconvenientes y sobreponerse a las dificultades, para salir adelante.
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Actualmente se encuentra en su hogar, junto a su esposa Eileen Urbina y su hija Tairin. Se entretiene acomodando los muebles de la casa y trabajando en un pequeño taller donde repara las tablas de surf de algunos amigos y vecinos, para volver a surfear cuando el Ministerio de Salud lo autorice.
“El ganar la medalla de plata fue uno de los momentos más felices de mi vida. Fue como un sueño cumplido. Después de la competencia un sábado, en La Jolla, regresamos un lunes al país y aunque todavía no había una orden sanitaria, los atletas y entrenadores decidimos guardar cuarentena en nuestras casas”, contó Calderón.
No obstante, con las medidas de prevención tomadas por el Ministerio de Salud, con el impedimento de ingreso a los extranjeros y la orden de cerrar hoteles, el deportista se quedó sin su principal ingreso económico.
“En el hotel nos mandaron para la casa sin goce de salario (suspendieron los contratos). Como no hay turistas, lo cerraron. Fue una noticia muy dura para todos los que trabajamos allí, no lo esperábamos, pero también uno comprende la situación que está atravesado el país por la pandemia”, confesó Calderón.
La vida continúa. Roy no esconde su preocupación por lo que pueda suceder a mediano y corto plazo, empero guarda optimismo, ese que lo ha caracterizado para salir adelante e imponerse a los retos que le plantea el destino.
“De momento tenía unos ahorros y compramos bastantes provisiones. Además el suegro y mis padres nos ayudan. Adquirimos lo básico y, bueno, nos estamos quedando en casa como dice el Ministerio de Salud. Estamos tranquilos, con la confianza que todo saldrá bien y que esto va a pasar muy pronto”, aseguró Calderón.
El tablista, quien en su juventud jugó voleibol con el equipo de Miramar, indicó que realiza diferentes actividades para no sentirse aburrido o estresarse en la casa. Además entrena la parte física para una vez que se levanten las restricciones poder regresar a surfear.
“Aquí estamos ordenando los tiliches, realizando limpieza y cambiando de lugar los muebles en la casa. También reparó las tablas de surf en mi tallercito, al cual le llamó Cactus en honor a mis abuelos, que tenían sembrados muchos cactus. En los ratos que me quedan, pinto un carrito que estaba reparando. En lo deportivo, realizo el trabajo físico, en el patio de la casa hago lo que recomienda la Federación de Surf, en sus redes sociales y hago equilibrio en una patineta”, agregó Calderón.
Pese a todas las vicisitudes Roy confía en poder entrenar muy pronto y prepararse para el próximo mundial, que precisamente se llevaría a cabo a finales de año en La Jolla, de ser aprobado por la ISA (Asociación Internacional de Surfing en sus siglas en inglés).
“El competir en La Jolla fue una experiencia única, al hacerlo con agua friísima y tener que usar trajes especiales. La intención es poder defender mi subcampeonato, recibir la ayuda de los entes gubernamentales y la empresa privada. Nosotros también representamos a Costa Rica, nos sentimos orgullosos y damos todo en el agua para alcanzar los primeros lugares”, expresó Calderón.