Después de dos finales perdidas en París (2014 y 2017), la rumana Simona Halep se coronó en París por primera vez, logrando además su primer Grand Slam, al derrotar este sábado a la estadounidense Sloane Stephens por 3-6, 6-4, 6-1.
La número uno del mundo Simona Halep, que había perdido sus dos finales anteriores de Roland Garros (2014 y 2017) y la del Abierto de Australia de este año, infligió a Stephens, ganadora del último Abierto de Estados Unidos, su primera derrota en las siete finales disputadas por la estadounidense.
El partido no fue nada sencillo para la rumana de Constanta, en la costa del Mar Negro. A pesar de contar con un público mayoritariamente a su favor en la pista Philippe-Chatrier, Halep tuvo que sobreponerse a la presión de sus decepciones en las grandes citas y a la perseverancia de su rival.
Desde de la derrota en Roma el año pasado ante la ucraniana Elina Svitolina, Halep había perdido seis de sus siete finales disputadas, con la única excepción del torneo de Shenzhen, en enero.
Halep, cuyo liderato en el ranking mundial estaba asegurado ocurriese lo que ocurriese en la final, privó a Sephens del que hubiera sido su primer título en el continente europeo.
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La rumana ganó Roland Garros Junior en 2008 y diez años después levantó la Copa Suzanne-Lenglen en categoría absoluta.
La tenista de 26 años tuvo que remontar un set en contra y un 2-0 en el segundo parcial, una situación opuesta a la que vivió en la final del año pasado ante la letona Jelena Ostapenko, cuando Halep había ganado el primer set y dominaba 3-0 en el segundo antes de perder su segunda final en París.
“En los últimos juegos no podía ni respirar, solo intenté que no ocurriese lo que pasó el año pasado. Es increíble, no puedo creerlo, soñaba con este momento desde que comencé a jugar a tenis”, expresó Halep, quien tuvo que esperar a su 32ª participación en un Grand Slam para lograr su ansiado objetivo.
Halep tuvo personalidad esta vez para revertir la complicada situación. La rumana limitó sus errores y recopiló cuatro juegos seguidos, dos de ellos en blanco, para ponerse por primera vez por delante.
“Cuando perdía por un set y un break me dije que tenía que relajarme y disfrutar del partido”, añadió la campeona.
La igualada a un set liberó su mejor tenis y Halep se apuntó siete juegos seguidos que inclinaron la final a su favor entre el segundo y el tercer parcial.
“No es el trofeo que deseaba, pero al menos es bonito”, se consoló Stephens al recibir una bandeja plateada. La estadounidense escalará el lunes a su mejor clasificación WTA, con el cuarto puesto mundial.