El bolichista costarricense Jonaykel Conejo hoy se siente muy afortunado, al ser una de las más de 500 personas que se han recuperado en territorio nacional, tras arrojar un resultado positivo por covid-19.
Conejo aún no tiene claro cómo se contagió con el nuevo coronavirus, pero cree que contrajo el virus respiratorio fuera del país.
Es seleccionado juvenil y Sub-21 de boliche y a principios de marzo acudió a un torneo en Puerto Rico.
A través del Comité Olímpico, Conejo cuenta que él pensaba tenía una simple gripe, pero luego fue diagnosticado con el virus.
“Estuve compitiendo en un torneo de boliche en Puerto Rico, regresando el 15 de marzo a las 11 p. m.; al día siguiente desperté con un resfriado, pero no le tome mucha importancia porque creía que era el cambio del clima por el aire del avión. Dos días después empecé a sentirme mal, entonces me fui hacer la prueba y resulta que salí positivo con la covid-19”, relató Conejo.
Los días pasaban y el deportista empezó a sentir otros síntomas, como una leve tos y luego un cansancio que le provocó algo que describe como un ‘increíble’ dolor de cuerpo.
“Era un dolor espantoso y lo increíble, a la hora de bañarme sentía el agua como agujas en mi cuerpo. Luego perdí el gusto y también el olfato. Además, no tenía ganas de comer y sumado a todo, pasé días con intensos dolores de cabeza y dolencias de espalda”, describió el bolichista.
Cuenta que su padecimiento duró casi dos semanas y que tuvo la suerte de que más bien le dio favorable, por lo que no requirió de estar internado en un hospital.
Aislado de su familia
Empero, ese periodo de recuperación en casa tampoco fue fácil. De hecho, él considera que ese fue el momento más difícil durante la enfermedad, porque debido al proceso de aislamiento, pasó muchos días sin poder abrazar a sus seres queridos.
“La gente no sabe lo difícil y feo que es no poder abrazar a su papá, mamá o hermana. Yo siempre he tenido la costumbre de besar a mis padres de buenas noches y la verdad sentía feo al no poder hacerlo y más triste no poder compartir en la sala o comer con la familia”.
Otro día difícil fue cuando los médicos le dijeron que no se trataba de una gripe, sino que tenía el nuevo coronavirus.
“Cuando me dijeron que salí positivo me desanimé y me dio mucho miedo, porque sabía que era un virus que estaba acabando con mucha gente por todo el mundo. Entonces, me entró también el miedo de contagiar a mis padres y a mi hermana de 11 años. Gracias a Dios, a ellos les hicieron las pruebas y salieron negativos”, apuntó.
Después de días de incertidumbre y preocupación, sintió una alegría enorme cuando le dieron el alta médica.
En esta semana, él se prepara para ir a entrenar, debido a que la disciplina del boliche tiene el visto bueno del Ministerio de Salud y Ministerio del Deporte.
“Ya estoy recuperado después de casi dos meses y 14 pruebas sumamente molestas y dolorosas. Ahora que no tengo más la enfermedad covid-19 estoy deseando empezar a ir al boliche. Tener la covid-19 es espantoso”, finalizó el atleta.