Cuatro años después de aventurarse a viajar en bicicleta hasta Brasil, para observar los partidos de Costa Rica en la Copa del Mundo, el ciclista esparzano Marcos Makey Benavides, volverá a intentarlo, esta vez para apoyar a la Tricolor en Rusia 2018.
El pedalista, quien en 1980 debutó en la Vuelta a Costa Rica, partió el miércoles de esta seman rumbo a Londres, Inglaterra. De allí se desplazará a Holanda, donde espera comenzar su travesía por tierra hasta la ciudad de San Petersburgo, sede de la Tricolor durante el Mundial.
En total, Benavides espera recorrer alrededor de 3.000 kilómetros iniciando en la tierra de los tulipanes y trasladándose vía terrestres por Polonia, Alemania, Bielorussia y parte de Rusia, hasta llegar a su destino y poder nuevamente vivir los compromisos de la Sele como en Brasil 2014.
Hace cuatro años, Makey Benavides se embarcó en un viaje de 58 días para cubrir casi 7.000 km, empezando en Costa Rica, pasando por Panamá, Ecuador, incluso navegando por el río Amazonas, hasta llegar a su destino.
En esta ocasión, Benavides tendrá 45 días para cumplir con su objetivo, en un clima más benevolente; no obstante, confía en que todo le salga bien y poder encontrar entradas para ver alguno de los partidos de la Tricolor, ante Serbia el 17 de marzo, ante Brasil el 22 de junio o ante Suiza el 27.
“La primera vez fue más aventurado, pero en está ocasión había que comprar los tiquetes para viajar a Europa y son más gastos, pero al final algunas empresas de Esparza y otras nacionales me tendieron la mano para cumplir mi sueño de estar en mi segundo Mundial”, comentó Benavides.
El esparzano de 57 años y ebanista de profesión confía en recorrer un poco más de 100 kilómetros diarios para cumplir la meta de estar antes del debut del conjunto patrio el 17 de junio ante Serbia; no obstante, su primer gran escollo ya fue cumplido al poder viajar al Viejo Continente.
“Desde hace más o menos dos años me nació la idea de ir a Rusia y empecé los preparativos. Mi hijo Luis Yariel Benavides me ayudó con los pasajes y establecimientos como Súper Conejo, Transportes, Joalpa, Ciclo Gaby, y el Centro Agrícola de Esparza me ayudaron, así como los Rastreadores Panapager creyeron en el proyecto y pudimos lograrlo”, agregó Benavides.
Sin embargo, pese a planear el proyecto con anticipación fue hasta hace pocos días que logró concretar su periplo cuando se suspendió la visa a Rusia para ticos, con lo cual vio su panorama más claro para emprender la travesía por tierra europea.
“Tenía todo planeado, pero sin la visa no pude comprar los boletos para ver los partidos. Pero gracias a Dios todo se resolvió y pudimos hacer el viaje. Hace cuatro años tampoco tenía entradas, sin embargo con la ayuda de la gente pude ingresar a ver los partidos ante Uruguay e Italia de la primera fase, lo cual fue inolvidable para mí”, expresó Makey.
Acostumbrado a recorrer largas distancias, pues años atrás pedaleó por 27 horas y 11 minutos sin detenerse, para completar 635 km y posteriormente cruzó Costa Rica de frontera a frontera en 24 horas, el transitar solitario por periodos extensos no es algo que le intimide.
“Tengo la experiencia de haber viajado a Brasil y uno conoce lo que el cuerpo puede dar. Me preparé por más de dos años, incluso voy a Panamá y Nicaragua en bicicleta con el objetivo de mantener la condición física y siempre estar listo para un desafío”, indicó Benavides.
De su viaje a Brasil resaltó el apoyo de la gente que le tendió la mano en el camino, que incluso le dieron hospedaje y aunque tiene claro que en Europa será muy diferente por el idioma y las costumbres confesó que siempre se encuentran buenas personas en el camino.
“En la parte económica voy con lo justo y además debo pensar en guardar dinero en caso de tener que reparar la bicicleta o alguna eventualidad, pero igual pasó en mi viaje a Brasil. Llevo el mínimo de equipaje y por si hace frío compré alguna ropa más gruesa en una tienda americana para abrigarme de ser necesario. Sé que todo saldrá bien”, afirmó Makey.