Roy Calderón es un salonero que perdió el ojo izquierdo hace tres años, después de un tratamiento infructuoso. Ahora es el nuevo subcampeón del mundo al ganar la medalla de plata en el Mundial de Surf Adaptado, que se realizó la semana anterior en La Jolla, California, Estados Unidos.
Calderón tiene 31 años, es oriundo de Artola, Sardinal de Carrillo en Guanacaste, y se dejó el segundo puesto en la categoría PS V2 o surfeadores con impedimento visual, luego de regresar a correr olas hace 14 meses.
Junto a Roy, logró la presea de bronce la niña Jimena Ruiz, quien a sus 13 años participó por primera vez en la representación patria en la modalidad PS S2. La nativa de Nosara, Guanacaste, y estudiante de primaria, tiene una amputación por debajo de la rodilla izquierda, que se dio desde su nacimiento.
Jimena estuvo a punto de no viajar al Mundial, cuando a finales de febrero perdió su prótesis mientras entrenaba en playa Guiones, en Nosara.
La tercera presea fue para Henry Martínez, quien compitió en la categoría PS VI 1 o surfeadores ciegos. El antropólogo de profesión y de 26 años, perdió la vista por una enfermedad congénita. En este 2020 cumplió su tercera participación en un mundial y es el primer surfista ciego en nuestro país, siendo un gran ejemplo para la comunidad.
Junto a los tres medallistas compitieron Baldir Vallejos, Edwin Víctor Ocampo y Mattews Van der Luna, mientras que como entrenador viajó Maikel Venegas y Lois Solano como periodista. El grupo en un principio estuvo integrado por 10 deportivas y 10 asistentes; sin embargo, la falta de contenido económico y patrocinios impidió el viaje de la delegación completa, cuyo rubro ascendía a los $40.000 (¢22,8 millones).
A las preseas de Calderón, Jiménez y Martínez se unen las de Natalia Vindas y Mattews Van der Luna, quienes en 2017 y 2016 ganaron medallas de bronce y cobre respectivamente para nuestro país. En el reciente Mundial de La Jolla, Costa Rica ocupó la novena posición con solo seis representantes.
Dos años sin cita. Lo que empezó en un enrojecimiento en su ojo izquierdo y la espera de dos años para tener una cita con un especialista, le causó a Roy Calderón la pérdida de la visión. Roy tuvo que pasar por una fuerte depresión hasta que hace 14 meses volvió a surfear. Este sábado cumplió un sueño de juventud, al poder ser seleccionado nacional y subcampeón en un mundial.
Roy trabaja en el turno de noche en un hotel de Guanacaste y además es un pequeño empresario al reparar tablas de surf en su taller Cactus, nombre que eligió en honor a sus abuelos y los recuerdos de su infancia.
“Todo empezó como en el 2015, cuando noté un enrojecimiento en el ojo izquierdo. Se me inflamó el párpado y sufría de una acumulación de una especie de grasa. En primera instancia pagué un médico privado y me inyectó una solución que me disolvió la grasa. Además me recetó unas gotas y me explicó que debía tratarme en el hospital”, recordó Calderón
El salonero indicó que tuvo que esperar dos años para ir a la cita y en ese lapso le tocó comprar un gotero que costaba ¢20.000 al mes, para aplicarlo en la vista, e incluso hubo momentos que no tenía dinero para adquirirlo. Su espera por 24 meses al final fue su peor enemigo, pues una vez que el revisaron su ojo, le dieron la mala noticia que había perdido la vista de su ojo izquierdo debido a una presión ocular que había causado un daño irreversible.
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“Había notado que tropezaba con las paredes e incluso una vez tuve un accidente con una persona a la que no vi en mi lado izquierdo, pero en la cita me dieron la mala noticia. Quedé muy triste y hasta con depresión y dejé de surfear. Mi sueño siempre había sido poder representar a Costa Rica en un evento y darle una alegría a mi país y sentía que ya no podría”, relató Calderón.
Durante casi dos años, Roy se dedicó solo a trabajar y reparar tablas en su pequeño taller en Artola, Carrillo de Sardinal en Guanacaste, pero seguía de cerca las competencias de surf, hasta que un día leyó en las redes sociales del surf adaptado y como Henry Martínez, una persona ciega, había aprendido a surfear.
“Empecé a prepararme y envié mi epicrisis (resumen clínico del paciente) a la Federación de Surf de Costa Rica y con un amigo de Playas de Coco, que tiene un gimnasio, trabajé para mejorar mi condición física. Comencé en una tabla de lomboard y aunque me mareaba al pararme en ella, pude superar todas esas situaciones, En enero del 2019 fui a mi primera competencia en el Circuito de Surf Adaptado y el año pasado en la primera fecha del campeonato quedé cuarto y me seleccionaron. Gracias a Dios pude cumplir mi sueño de representar al país y darle una medalla a Costa Rica", relató Calderón.
Roy aseguró sentirse muy orgulloso de su segundo lugar y confía en que ahora más personas se acerquen a ayudarles.
“Quiero que mi pequeño taller crezca, poder contratar personal y ayudar a otras personas. También deseo que algunos patrocinadores se fijen en nosotros, porque en lo económico tuve que hacer un gran esfuerzo para poder costearme la preparación y las competencias. Soy costarricense y estoy orgulloso de ser subcampeón del mundo”, enfatizó Calderón.