El escazuceño Warner Rojas Chinchilla, quien se encuentra en el Campo Base (5400 metros sobre el nivel del mar) del Monte Everest, tomó una decisión ante la problemática que se vive en la parte alta del macizo más alto del planeta.
La gran cantidad de escaladores que buscan el ascenso a la cima del Everest (8849 msnm), las malas condiciones climáticas e incluso el fallecimiento de tres sherpas, al intentar auxiliar a un persona que había perdido la vista, hicieron meditar al tico y plantearse la opción más clara para iniciar su “empuje” a la cumbre de la montaña.
Actualmente, Warner está a la expectativa de lo que pueda suceder. El hecho de intentar en solitario, junto a su sherpa Mingma Nurvo, conquistar el Everest y posteriormente el Monte Lhotse, la cuarta montaña más alta del mundo (8,516 metros sobre el nivel del mar), lo llevó a planificar cuidadosamente su ruta para asegurarse de tener suficiente energía y poder cumplir con las metas trazadas en Costa Rica.
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“La cantidad de personas que hay en el Campo Base es impresionante. Por ejemplo, el lunes en la madrugada empezaron el ascenso a Campo 2 y Campo 3 un total de 162 personas. De hecho una expedición de China fue la primera en alcanzar la cumbre, mientras ocho personas desistieron por las condiciones climáticas que se está presentando en este momento”, explicó Rojas a La Nación.
Dentro de los grupos que emprendieron el viaje a lo más alto del Everest se encuentra la costarricense Liga Madrigal, quien está estacionada en el Campo 2, a la espera de que los aventureros que se encuentran en Campo 3 y Campo 4 se muevan y den oportunidad al resto de cumplir con su meta.
“Ligia está bien. La organización que está en el Campo Base conversó por radio con los jefes de la expedición donde va ella y nos confirmaron que están bien. Se encuentran a la espera de que las condiciones climáticas mejoren y las demás personas tomen decisiones para seguir adelante”, manifestó Rojas.
Según Warner, este año se dieron más de 500 permisos para ascender al punto más alto del Everest, por lo que se espera que unas 1000 personas, contando a los sherpas, alcancen la cumbre.
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Plan del tico
Ante el panorama que se presenta, Warner tomó la decisión de intentar el ascenso final en los últimos grupos, dependiendo de cómo se presente el clima, que en este momento es el peor enemigo de los escaladores.
“Después de conversar con mi sherpa decidimos empezar el ascenso la madrugada del 19 de mayo y hacer cumbre el 23 de mayo, cuando los primeros grupos, si las condiciones lo permiten, empiecen a bajar. Nuestra intención es tener más espacio y seguridad para moverse, porque en este momento es complicadísimo por la cantidad de personas que se han instalado en ese sector”, explicó Rojas.
La estrategia de Warner, quien ascendió por primera vez a la cima del Everest el 24 de mayo del 2012, es ir paso a paso, porque el clima en las últimas horas no es el ideal para afrontar el reto de subir. De ser necesario, postergaría el ascenso hasta finales del mes.
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“Esperamos llegar al Campo 2 (6.750 msnm) y de allí trasladarnos al Campo 3 (7.100 msnm) y esperar la ventana para realizar el empuje al Campo 4 (8.400 msnm) y estar listos para culminar el ascenso al Everest. Posteriormente bajamos al Campo 3 y de allí nos movemos al Lhotse, que queda muy cerca y nos da la oportunidad de realizar ambos ascensos en la misma expedición”, aclaró Rojas.
Warner confesó estar bien físicamente y de momento se mantiene a la expectativa en el Campo Base, esperando que las condiciones sean benévolas para sus intereses.
“Actualmente en la parte más alta de la montaña hay ráfagas de hasta 70 kilómetros por hora y la sensación térmica está entre los 30 y 35 grados bajo cero. No son las condiciones idóneas para subir, pues el viento puede lanzarte a una grieta. Por esa razón, los grupos que están arriba no se están moviendo, para evitar una tragedia”, enfatizó Rojas.
De momento, el nacional está en su tienda de campaña y de vez en cuando camina por los alrededores, visitando la tienda de los médicos, conversando con su familia y revisando continuamente los datos del clima para estar seguro de tomar la mejor decisión para subir, siempre y cuando las condiciones lo permitan.