El montañista Warner Rojas volverá a desafiar la cordillera más alta de la tierra, cuando intente coronar el Monte Manaslu de 8.164 metros sobre el nivel del mar (msnm) y en condiciones que no solo pondrán a prueba sus habilidades e instinto, sino incluso su vida podría estar en peligro.
Warner, quien el 24 de mayo del 2012 fue el primer costarricense en alcanzar la cima el Monte Everest, la montaña de mayor altura en el planeta con 8.848 msnm, espera ascender el Manaslu a finales de setiembre junto con cinco atletas argentinos, sin sherpas o guías y sin asistencia de oxígeno, en lo que llaman una expedición no comercial.
El primer paso de Warner fue España, donde se reunió con unos amigos en País Vasco. Ahí adquirió implementos para su periplo y el martes emprendió su viaje a Nepal, donde se encontrará con el resto de la expedición que debe empezar a aclimatarse.
“Será una expedición no comercial, sin sherpas que nos guíen y personalmente lo haré sin asistencia de oxígeno, lo que cambia las reglas del juego. Hacerlo sin asistencia de oxígeno para mí es un reto personal en el aspecto deportivo, para saber cómo responde el organismo a alturas mayores a los 8.000 msnm, llevarlo al límite”, dijo Rojas.
“Además al ir sin sherpas o guías nos tocará tomar decisiones, estar muy seguros de cada paso que damos, tener muy bien planificada la expedición y saber cómo movernos en la montaña. Será indispensable una buena aclimatación previa, que es subir y bajar a más de 4000 metros antes de atacar finalmente la cumbre”, añadió.
Mucho peligro
De acuerdo con los especialistas, el Manaslu es uno de los ochomiles más arriesgados de escalar, el cual registra 55 personas fallecidas en las más de 300 ascensiones. Su geografía es muy similar a la del Everest y eso lo tiene muy claro el expedicionista costarricense.
“Al no tener sherpas nos tocará estar ascendiendo de un punto a otro con nuestro equipo y la alimentación. Pero al estar a más de 4.000 metros, eso nos ayudará para que el cuerpo se acostumbre y genere una gran cantidad de glóbulos rojos para alcanzar la cumbre sin asistencia de oxígeno, lo cual es nuestro objetivo”, manifestó Rojas.
“Al no usar oxígeno complementario, el frío se siente mucho más, se va mucho más despacio en la caminata a una temperatura que rondará entre los 30 y 40 grados bajo cero, por lo que hay partes del cuerpo que serán mucho más sensibles y pueden ocurrir congelaciones de dedos, nariz u orejas, o bien la falta de oxígeno puede causar un edema cerebral e incluso la muerte“, afirmó.
Warner explicó que hay cuatro campamentos, en los cuales ellos deben pernoctar, lo que ayudará a conocer cuál es el estado del cuerpo y así tomar decisiones coherentes, antes de emprender el último ascenso a la cumbre, que será posiblemente a finales de setiembre.
“El 3 de setiembre empezaremos la caminata y nos llevará siete días llegar al campamento base del Manaslu, que está a 4.700 metros de altura. De allí subiremos a 5.600 metros y el siguiente campamento estará a 6.200 metros, el cual es una sección muy complicada porque hay una zona de grietas, se deben cruzar escaleras, se dan avalanchas y es muy peligroso”, confirmó Rojas.
“Los útimos dos campamentos están entre los 6.300 y 7.200 msnm y uno los sube en unas tres o cuatro ocasiones o en rotación, como se le llama en la montaña, con el equipo y la alimentación para que el cuerpo tenga más estabilidad y genere glóbulos rojos para acondicionar el organismo”, admitió.