Los Dodgers tenían todas las intenciones de barrer a los Yankees en la Serie Mundial, pero los Yankees encontraron la manera de sobrevivir en el cuarto juego del duelo con victoria por 11-4.
Un cuadrangular de Freddie Freeman apenas en la primera entrada -sí, Freeman otra vez, como en todos los juegos de esta final, y en esta ocasión con un hombre en base-, alcanzaba para pensar que caería el telón en el Clásico de Otoño. El tempranero 2 a 0, aunado a la casi impecable defensiva angelina, amenazaba con convertir el Yankee Stadium en una olla de presión.
Al rescate, un roletazo de Alex Verdugo permitió a Anthony Volpe descontar en la segunda entrada (1-2). El mismo Volpe dejó claro en el siguiente episodio que llegó vestido de héroe, con un cuadrangular de con bases llenas (5-2). Se le unió Austin Wells con otro vuela cercas en la sexta entrada, para devolverle la confianza a los Bombarderos del Bronx (6-2).
A partir de ese momento, el dominio sería de los neoyorquinos incluyendo su “práctica de bateo” en la octava entrada para desinflar a unos Dodgers que se habían acercado de nuevo (6-4). Ocho peloteros desfilaron por el plato para añadir cinco carreras y ponerle cifras contundentes al marcador (11-4).
El quinto juego de la Serie está pactado para este miércoles, en Nueva York, a partir de las 6 p. m (hora de Costa Rica). En caso de otra victoria neoyorquina, la disputa volvería a Los Ángeles.