Luego de alcanzar su cuarta defensa exitosa del título mundial de las 105 libras, de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), al derrotar el viernes a la japonesa Hanna Hazuki por decisión unánime, Yokasta Valle tiene grandes planes para el futuro.
Una de sus metas es unificar el cetro planetario con alguna de las otras asociaciones mundiales y convertirse así en una de las pugilistas más dominantes de su categoría.
Pero algo que sí tiene muy presente la costarricense es a cuál rival no enfrentaría por un cinturón mundial, incluso confesó que estaría dispuesta a perderlo, antes de subir al cuadrilátero con esa contrincante, a la cual conoce de sobra, respeta y admira.
En el pasado Yoka ha confesado que no le teme a ninguna rival, que las respeta a todas, pero temor a ninguna. No obstante, Valle no se enfrentaría a esa pugilista en particular no por miedo, sino porque es un asunto de familia.
La antagonista a la que no retaría Yokasta es precisamente a su hermana Naomy Valle, quien apenas debutó como profesional el pasado 26 de febrero y un mes después volvió a pelear; en ambas ocasiones con la nicaragüense Heidy Fernández a la cual derrotó.
Tanto Yoka como Naomy tienen el mismo pensamiento y afirman que primero está en juego la familia, antes de enfrentarse en el encordado, como desde ya muchos lo esperaría.
De una contextura física muy similar que las hace ver que su peso ideal es las 105 libras y de una parecido físico enorme, las Valle Álvarez afirman que pelearán contra cualquiera, siempre y cuando no sea entre ellas, pues el lazo familiar es más fuerte que cualquier título mundial.
Vidas paralelas
La pregunta si pelearían entre ambas o cuál es mejor, es más repetida en el último mes desde que Naomy pasó al profesionalismo. Ambas aseguran que tienen características similares, máxime que siempre han entrenado juntas, pero la más pequeña confiesa que su deseo es hacerse su propio nombre en el boxeo por méritos propios y no estar a la sombra de su hermana.
No obstante, la respuesta de ambas es tajante, jamás se enfrentarían en un cuadrilátero por un título oficial, pues sobre todo prevalece la familia.
Mientras Yokasta tiene 29 años y 25 peleas, de las cuales ganó 23 y suma dos derrotas y cuatro exitosas defensas de su cinturón de la FIB, Naomy recién cumplió 18 y contabiliza dos combates con igual cantidad de victorias, al vencer por partida doble a la pinolera Heydy Fernández.
Yoka, con su característica sonrisa, rápidamente contesta y aclara su posición ante la interrogante sobre la posibilidad de un enfrentamiento con su hermana.
“No me imagino pelear con Naomy. En la actualidad hay cuatro organizaciones boxísticas en el mundo y hay muchas boxeadoras. Jamás pelearía con ella. porque es mi hermana. Con ella he realizado sparring, entrenamos juntas pero jamás, jamás, pelearía con Nao”, afirmó Yoka.
¿Y sí esta combate fuera por un título mundial o bien por una unificación?
“Qué va, de ninguna manera. Creo que sentiría muy feo tener que pegarle fuerte, como lo hago con mis rivales, es mi hermana menor. Eso lo tengo muy claro y creo que primero perdería un título mundial antes de enfrentarla. No podría hacerlo, es mi familia”, reiteró la mayor de las pugilistas.
Mientras tanto, la joven de 18 años también tiene la misma respuesta a pesar que las comparaciones entre ellas es tema de todos los días
No, jamás pelearía con Yoka. Todo el mundo pregunta eso. Jamás de los ‘jamases’ yo pelearía con mí hermana, somos familia. Cuando subo al ring solo pienso en ganarle a mi oponente, en lastimarla, le tengo que pegar y entre hermanas eso no”, explicó Naomy.
“La gente pregunta y dice que voy a hacer mejor que Yoka, pero esas palabras no me gustan. Yoka es Yoka. Ella es mi inspiración y motivación, pero soy Naomy, somos dos personas diferentes. Ella me motiva y me da las herramientas para poder entrenar, pero cada quien tiene lo suyo”, agregó.