Esta Copa América es apenas una estación camino a Atenas para la Selección de Paraguay.
A los guaraníes, la participación en el torneo continental les quedó justo en el umbral de la cita helénica. Así que el entrenador, Aníbal Maño Ruiz, tomará los partidos en Perú como una última gira de fogueo antes del inédito viaje a la Olimpiada.
Tal experimento tendrá su precio: los aficionados extrañarán a figuras como Jorge Campos y Roque Santa Cruz, y sobre todo al atacante José Saturnino Cardozo, el rey Midas que toca cualquier balón y lo transforma en gol.
Con objetivos tan claros, los guaraníes dejaron en segundo orden de prioridad hacer un buen papel en la Copa.
Ya este equipo sub 23 hizo historia al clasificarse para los Juegos en el preolímpico de Chile, a principios de año. Así que un trabajo digno en Perú no estaría pegado del cielo para los guaraníes.
Uno de los pocos veteranos será del defensor Carlos Gamarra. El Colorado , de 33 años, heredó la estafeta de capitán que utilizaba el portero José Luis Chilavert y ahora tiene como reto liderar un plantel donde todos son diez años menores que él.
También estará Carlos Humberto Paredes, quien participó en los dos últimos mundiales. Precisamente, Gamarra es gran candidato a una de las plazas de más de 23 años en los Juegos de Atenas. Los otros dos serían Cardozo y Carlos Humberto Paredes.
Despertares
El historial de Paraguay en la Copa América es modesto. Competir con gigantes como Uruguay, Brasil y Argentina obligó a los guaraníes a conformarse con pequeñas migajas.
Pero en la última década el futbol de ese país experimentó un repunte y se anotó varios triunfos consecutivos: dos boletos seguidos al Mundial y la clasificación a los Juegos de Atenas.
Este nuevo rostro del balompié paraguayo será el que Costa Rica deba enfrentar el 11 de julio. Un equipo con hambre, que promete buenas actuaciones.