EscucharLa doble oportunidad de Alajuelense en la definición por el título no se ve en otros campeonatos locales de América. En caso de que el plantel de Alexandre Guimarães no logre ser monarca en la segunda ronda del certamen, tendrá la oportunidad de ir a una gran final, un comodín no disponible en otros países con formato similar.
El premio de la gran final por ser el ganador de la fase regular no es común en latitudes cercanas, ni siquiera en Centroamérica, que es el lugar donde más se compite con el formato de enfrentamientos directos después de una fase regular.
En Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Panamá no existe una ventaja para el ganador por puntos. Los equipos deben conformarse con cerrar sus series en casa, solamente. La misma situación ocurre en México.
Colombia tiene una primera fase de todos contra todos, como en Costa Rica, pero luego pasa a dos cuadrangulares; los dos vencedores de estos grupos disputan la final.
Hay torneos como el de Honduras y la MLS que, aunque no dan una segunda chance al ganador de su primera fase, sí premian a los mejores y los hacen avanzar hasta las semifinales de conferencia mientras otros clasificados enfrentan eliminatorias de cuartos de final. Además, en el caso de Estados Unidos, al plantel que más puntos haga se le otorga un título llamado Supporters’ Shield, el cual también da un cupo a la próxima Liga de Campeones de la Concacaf.
Otras ligas como la brasileña, la argentina, la paraguaya o la uruguaya apuestan por el sistema europeo, donde el ganador es el que más puntos acumula en una sola fase.
Costa Rica, en algún momento, dio un premio mayor al líder general, como por ejemplo cuando San Carlos quedó campeón. Los norteños aprovecharon la llamada “ventaja deportiva”, que en caso de empate en el marcador global otorgaba el triunfo al mejor clasificado en la primera fase. Fue así como doblegó a Saprissa con dos empates, 1 a 1 en el Ricardo Saprissa y 0 a 0 en el Carlos Ugalde.
Ese sistema, sin embargo, dejó de utilizarse, si bien se mantiene la base del formato: la segunda fase en disputas a muerte súbita.
Más allá de la parte deportiva, el sistema tico parece corresponder a factores económicos, debido a las taquillas en la segunda ronda. La segunda ronda y la Gran Final del Clausura 2024, por ejemplo, generó casi ₡326 millones; esa cifra casi equipara lo que recaudan en el resto del torneo todos los equipos, sin contar a la Liga y Saprissa (₡358 millones).
Tan bueno es el botín de los juegos decisivos que incluso el morbo popular muchas veces dice que el favorito pierde y se llega hasta la Gran Final por intereses económicos.
Julián Solano, expresidente de la Unafut, afirmó sin embargo que, lejos de la creencia de esas afirmaciones, hay deportividad de parte de los clubes.
“Yo creo que no es tanto el aspecto económico el que priva. Recuerdo que esto lo deciden los presidentes, y siento que siempre ellos han querido darle al más regular un premio, y aunque no parezca, ellos priorizan la deportividad. Hay un morbo por la Gran Final, pero es meramente deportivo; lo que ellos buscaban era que, si el mejor equipo tenía un día malo, pudiera tener una oportunidad para recuperarse”, declaró.
Robert Garbanzo, quien fue gerente deportivo de Herediano y Guadalupe, reflexionó sobre el hecho de que siempre se apostó por darle al líder un incentivo.
“Es un tema que no es meramente deportivo, hay un tema de espectáculo y la TV tiene mucho que ver porque ellos ocupan esos espacios. Saprissa ha ganado los dos últimos campeonatos sin gran final, y el principal afectado es la televisión”, dijo.
Garbanzo añadió que, si pesara meramente lo deportivo, lo ideal sería eliminar la Gran Final, para así promover el descanso de los deportistas.
Costa Rica tiene el torneo que mejor trata a su líder; está en los equipos aprovechar la doble posibilidad para alzar el trofeo. En este caso la ventaja la tiene Alajuelense.
