Rodrigo Calvo C. rcalvo@nacion.com
Suwon (Corea del Sur). En su segunda participación en un Mundial, la Tricolor acuñó varias virtudes. La más importante fue bocetear una línea de juego que podría servir de bandera a sus futuras participaciones. Dicha propuesta se basa en un futbol preocupado por el arco de enfrente, sustentado en un equilibrio en el mediocampo y defensa, que aun no dominamos por falta de trabajo, y, sin duda, roce internacional.
En lucha constante con el reloj por el poco tiempo de preparación, Guimaraes conformó un equipo muy parejo en todas sus líneas.
Ello le permitió jugar a un nivel muy similar al de sus oponentes, y redondearse pasajes inolvidables de muy buen futbol, que anclaron en las retinas de los ticos.
Algunos jugadores alcanzaron un rendimiento sobresaliente (Gómez, Castro, Martínez y Wright) y otros rompieron el cascarón de promesa (Winston, Bryce).
Sobresalientes :
Los jugadores Mauricio Wright, Gilberto Martínez, Carlos Castro y Rónald Gómez demostraron tener calidad y aptitudes para pertenecer a la élite del futbol.
Derecho de piso :
Winston Parks, jugador del Udinese italiano, patentó que está listo para las grandes lides. Su ejemplo demuestra que hay que invertir en ligas menores.
Lo táctico :
Guimaraes se presentó como un conocedor de los secretos del futbol mundial. Apuesta ofensiva, lectura correcta y "bola muerta" así lo atestiguan.