Sin demeritar el esfuerzo de Santa Bárbara, que vino de menos a más después de un primer tercio de juego espantoso por parte de ambos contendientes, ayer los muchachos del Cartaginés terminaron de tocar fondo. Línea por línea, el equipo fue un dechado de yerros y confusión que se conjugaron con un arbitraje demasiado severo, que deparó como resultado tres expulsiones consecutivas en la complementaria.
Fueron los visitantes quienes abrieron la cuenta por medio de Hugo Soto. De paso, revivieron tanto a los barbareños como al hasta entonces adormecido encuentro. La reacción local se tradujo en avances que culminaron con el empate al 31', por la vía del penal, cuando Mario Víquez cobró una falta cometida por Leonardo Moreira a Jorge Jiménez.
En adelante, Santa Bárbara se convirtió en el amo del terreno de juego, aunque no del marco, pues pese a su triunfo desperdiciaron claras oportunidades.
Si los cartagos entraron con las intenciones de variar su suerte, el 2 por 1 en su contra por cuenta de Mauricio Alpízar seguido de la expulsión de José Calderón, se encargaron de socavarlas apenas ingresados del período de descanso.
El despeñadero
La debacle para Cartaginés siguió con el 3 por 1 de Kenneth Vargas, también antecedido por la expulsión de José Brenes por una falta contra el mismo Vargas. En uno de los pocos contragolpes, Pablo Tiscornia tocó el balón con la mano y los visitantes lograron el descuento de penal, por medio de Danny Fonseca. Después: nada. O más bien, lo mismo. La tercera expulsión azul fue para el recién llegado Vinicio Alvarado, quien cometió falta contra Fabiano Oliveira. A pesar de su superioridad numérica, Santa Bárbara apenas arreció en el ataque que, a la postre, generaría un último gol, también de Kenneth Vargas, quien sentenció después de que José Alexis Rojas no se entendiera con su defensa, en una tónica de incomunicación que pareció privar en el Cartaginés de principio a fin.