Mientras las miradas apuntaban a los fichajes internacionales y a nombres ya consolidados en el fútbol nacional, un mediocampista silencioso, pero constante, se convirtió en el verdadero refuerzo estelar del Deportivo Saprissa en el presente torneo: Sebastián Acuña.
Llegó sin tantos reflectores como el argentino Nicolás Delgadillo, el español Sabin Merino, o los nacionales Gerson Torres y Marvin Loría. Pero con trabajo, entrega y regularidad, Acuña dijo presente en cada compromiso de los morados y se ganó, partido a partido, el corazón de la afición y la confianza del cuerpo técnico.
Los números no mienten: es el jugador más constante de los refuerzos. Ha jugado en los 16 partidos de Saprissa en el torneo, 15 de ellos como titular, acumulando 1.007 minutos en cancha. Para ponerlo en perspectiva: Marvin Loría suma 613 minutos, Gerson Torres 541, Nicolás Delgadillo 332 y Sabin Merino apenas 312.
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Pero eso no es todo. Mientras otros quedaron al margen en los momentos de mayor exigencia, Acuña fue el único refuerzo que jugó —y fue titular— en los dos duelos de la Liga de Campeones de la Concacaf ante Vancouver Whitecaps. Una muestra clara de la confianza que ha ganado dentro del equipo y la relevancia adquirida en el esquema morado.
Con humildad y claridad, Acuña no pierde de vista que este buen momento es producto del esfuerzo colectivo y de un entorno que lo arropó desde el primer día.
“Desde que llegué me mentalicé a trabajar fuerte. El grupo me recibió de manera increíble y estoy agradecido por el recibimiento, el apoyo de la afición y la confianza del cuerpo técnico”, expresó el volante.
Además, enfatizó que más allá del rendimiento individual, lo que lo motiva es el momento que atraviesa el grupo y la posibilidad de pelear por los objetivos grandes.
“Poco a poco me he ido adaptando bien y lo más importante es el grupo. Venimos levantando y no podemos bajar la cabeza, porque hay que pelear por la clasificación”, comentó.
Un cierre de torneo a muerte
Saprissa enfrenta un cierre de torneo exigente, donde cada punto puede marcar la diferencia entre clasificar o quedarse fuera. En ese contexto, Acuña muestra la mentalidad de un líder silencioso.
“El cierre del torneo va a ser bastante complicado, los partidos que quedan van a ser finales. A todos tenemos que ir a ganar, Saprissa tiene que imponerse en cualquier cancha y debemos dar lo máximo en cada juego”, aseguró Sebastián Acuña.
Y añadió una clave que explica por qué Saprissa ha comenzado a repuntar: la unión del grupo y la confianza interna.
“Uno necesita confianza y el cuerpo técnico nos la da. Somos un grupo bastante unido y cuando los resultados no se daban, sabíamos que debíamos cerrar el camerino, confiar en nosotros. Hemos venido trabajando muy bien, estamos seguros de lo que hacemos y sabíamos que los goles iban a llegar”, resaltó Acuña.
Cuando los números, el rendimiento y el impacto coinciden, no hay mucho más que decir. Sebastián Acuña no solo ha rendido: ha sobresalido. Y en un equipo tan exigente como Saprissa, eso no es poca cosa.
En tiempos donde se cuestiona a muchos refuerzos extranjeros y nacionales por su falta de protagonismo o adaptación, el caso de Acuña destaca como una historia de esfuerzo, perfil bajo y resultados altos. Saprissa se prepara para enfrentar el próximo sábado a las 8 p.m. a Santa Ana y sin duda, Acuña tendrá participación.
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