Costa Rica se levantó oficialmente. El cuadro patrio consiguió lo que para muchos era imposible, pero para los futbolista nunca fue una utopía: dejar atrás un arranque para el olvido y consolidar una segunda vuelta excepcional para a falta de dos fechas dejarse el cuarto puesto de la clasificación y depender de sí mismo para, mínimo, jugar el repechaje a Catar 2022.
Aunque al inicio del proceso la opinión pública pedía a gritos una renovación total del plantel que le hizo frente a Brasil 2014 y Rusia 2018, lo cierto es que son esos nombres los que han impulsado a un plantel en formación, el cual lidió para encontrar su identidad en el campo, pero demostró frente al plantel más pintado que ha avanzado y aunque le falta ya tiene clara su capacidad para ofender y defender. De hecho, el cuadro tico se trajo abajo el invicto de los canadienses y les impidió celebrar su clasificación, al menos en esta fecha.
Nuevamente Celso Borges, como lo hizo frente a El Salvador en octubre pasado, apareció para desatar la locura y poner más viva que nunca la esperanza. El volante rojinegro ganó un centro de Gerson Torres, quien se combinó con Joel Campbell por derecha.
Las combinaciones ticas son claves por las bandas, pero sobre todo la presencia de líderes de antaño como Bryan Ruiz, Keylor Navas, Borges y Joel Campbell son primordiales para que la Nacional hoy pueda ver de frente Catar, país que será la sede del mundial. A esta lista se le une Kendall Waston, un líder total de la zaga.
El juego de Costa Rica se resume de forma sencilla: un planteamiento defensivo sólido, dispuesto a sufrir al límite, pero entregado por completo al sacrificio. No importa si el que saca la pelota en el último cuarto de cancha tico es Keylor Navas, Bryan Ruiz, Joel Campbell o Kendall Waston... Al final los once hombres costarricenses no tienen problema en revolcarse en el césped para despejar un balón.
Por otra parte, en ofensiva la oncena ha aprendido a no depender únicamente de las individualidades de Joel Campbell, aunque siguen siendo claves para oxigenar la defensiva, pero que por ejemplo ante los canadienses no fueron el punto de quiebre para Costa Rica.
No obstante, sí destacaron las buenas paredes, jugadas a un toque y las acciones en que la Tricolor consiguió ganar la línea de fondo.
En cuanto a aspectos de mejora, sin duda que la Nacional aprovechó un gran momento anímico que vive porque su conexión con la afición fue trascendental, pero el segundo tiempo el equipo de Luis Fernando Suárez no pudo controlar a su adversario que insistió hasta el 90′ por conseguir la igualdad.
Canadá es un equipazo, porque con 10 hombres (Mark Kaye fue expulsado al 34′) dominó a Costa Rica en el complemento y pegó un balón en el horizontal y otro en el vertical izquierdo, exigió a Rónald Matarrita al punto de una lesión muscular por sacar un remate que llevaba sello de gol y probó a Keylor en dos ocasiones con remates peligrosos.
Al final sin importar cómo se ganó, además del sufrimiento incluido, lo cierto es que Costa Rica sumó tres puntos claves, de oro. La Sele le ganó al mejor equipo de la presente eliminatoria para confirmar su revolarización, porque por primera vez depende de sí misma para ir a la copa del mundo.
La Selección Nacional al fin mira de frente hacia Catar. El mismo grupo que ilusionó a la afición y al país tendrá en sus pies la responsabilidad de confirmar su ascenso en las dos finales restantes: El Salvador y Estados Unidos.
Ya la Sele tiene el repechaje en sus manos, ahora debe cuidarlo y por qué no pensar en el boleto directo que está a solo tres puntos. La Sele está más viva que nunca y los gritos de ¡Vamooos! de Celso Borges, Keylor Navas, Bryan Ruiz, Francisco Calvo y Joel Campbell reflejan que el grupo está en su momento más fuerte. Suárez sonrió mirando el campo y aplaudió a sus pupilos.