1. Hoy es quizá el día que con mayor orgullo me he puesto la camisa de la Sele. El equipo tenía todo en contra: estadísticas, apuestas, periodistas y a medio Costa Rica y aún así se jaló tremendo partido contra el rival que siempre presupuestamos le iba a ganar. Si el fútbol al final se reduce a las emociones, sin duda que el de hoy ha sido uno de los juegos más emocionantes que he visto en la vida.
2. Este mundial es la despedida no oficial de la Tricolor para una generación de futbolistas que nos dio mucho, muchísimo, durante más de una década y seríamos ingratos si no sabemos aplaudir y dimensionar los logros de Bryan, Bolaños, Acosta, Pemberton, Celso, Azofeifa, Michael Umaña, Pipo y Keylor, entre otros.
3. La plata no da la clase: Neymar es un tipejo, un ególatra, un divo piscinero y alguien que ofende al juego bonito.
4. Este fue el mejor juego de Costa Rica en la etapa del Óscar Ramírez frente a un rival de peso. La apuesta por defenderse a morir frente a una ametralladora como Brasil fue arriesgadísima y (casi) funcionó. Y bueno, tomando en cuenta que en los dos partidos tuvimos solo una jugada clara de gol (la de Pipo frente a Serbia, y la de Celso hoy), la verdad no quedaba de otra.
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5. Keylor Navas es el mejor jugador de fútbol que ha tenido Costa Rica en toda su historia. Tanto en Brasil como ahora en Rusia, su desempeño ha sido perfecto. Qué privilegio ser aficionado de la Sele en los tiempos de Keylor.
6. Brasil merecía ganar el partido, sin duda. No recuerdo un juego en el que fuese tan claro ver siempre a 11 atacando contra 11 defendiendo. Fue bonito apelar al milagro, máxime cuando Brasil perdió tantos goles cantados, pero al final la justicia se impuso.
7. Fue muy grato ver a Gamboa cortarle el paso a Neymar una y otra vez; a la mejor versión de Oviedo, de Pipo, de Duarte, de Acosta, de Venegas, de Umaña. Incluso David Guzmán –que nunca ha sido jugador de mi devoción– se partió el alma hoy.
8. La fulminante respuesta que le dio Keylor al final del juego a Jorge Martínez debería llamar a la reflexión al periodismo deportivo del país. Estas semanas he leído y escuchado mucha gente tóxica, enajenada, despotricando desde los medios de comunicación, alimentando teorías conspirativas y análisis de cantina sin ningún ánimo distinto a la polémica por la polémica, a decir lo más escandaloso con tal de asegurar audiencia. Yo, como periodista, quedo muy apenado.
9. Larga vida a Claudio Ciccia como comentarista. El uruguayo ha sido la grata sorpresa desde el micrófono: entendido, respetuoso, con amplio lenguaje e ingenioso. En cuanto a la narración deportiva, el que todos echemos tanto de menos a Pilo y McGregor no es gratuito: no hay quien llene sus zapatos.
10. Reitero lo que dije días atrás: gracias, Óscar Ramírez, por el trabajo honesto y metódico. Los resultados no lo acompañaron, sin duda, pero eso pasa: a todos nos ha ocurrido en algún momento de nuestras vidas.
*El título lo tomé prestado, desde luego, del libro homónimo del periodista costarricense Guido Fernández.